Agricultura y el desarrollo de los mayas

La agricultura constituyó la base de la economía maya desde la época precolombina y el maíz es su principal cultivo. Sus técnicas combinaban formas muy arcaicas con otras muy elaboradas, como la irrigación, el drenaje o el aterrazamiento. Los mayas cultivaban también algodón, frijol, chile, tomate, camote (batata), yuca, cacao y otras especies comestibles.

Las técnicas del hilado del algodón, la lana y el ixtle (obtenido de la yuca), además del tinte y el tejido, consiguieron un elevado grado de perfección. Los mayas utilizaban dos tipos de telares: el de cintura y, con menor frecuencia, el de estacas. A través de los motivos de los tejidos las mujeres mayas transmitían mitos y símbolos de sus respectivos pueblos.

Como unidad de cambio utilizaban las semillas de cacao y las campanillas de cobre, material que empleaban también en los trabajos ornamentales, al igual que el oro, la plata, el jade, las conchas de mar y las plumas de colores.

La organización social de los mayas, en un principio, no había fuertes diferencias de clases, pero más tarde surgieron castas y capas sociales bien definidas, y después se organizó una sociedad fuertemente estratificada y jerarquizado, que prevaleció hasta la conquista española.

Las ciudades eran gobernadas por un jefe guerrero o Halach Viníc, el cual tenía funciones civiles, religiosas y militares; después estaban los nobles, quienes integraban el Consejo de Estado y podían ser jefes locales, ayudantes, sacerdotes mayores, administradores y jefes de guerra; muy cerca de éstos estaban los jueces, comerciantes, sacerdotes menores, alguaciles y otros más. Para ellos se construían las mejores habitaciones y se hacían ricos vestidos.

En la escala inferior estaban los artesanos, campesinos, cargadores, sirvientes y esclavos. los prisioneros de guerra o las personas que cometían actos considerados como delitos se convertían en esclavos.

Los dioses adorados por los mayas del periodo clásico, se veneraba a Kinich Ahau, «Señor del ojo solar», el ser que gobierna el tiempo; Ek Chuah, protector de los mercaderes; Yum Kimil, dios de los muertos; a Chaac, el dios de la lluvia; así como los cuatro Bakabes que sostenían el mundo en los cuatro rumbos del mismo. La tierra, que así recibía apoyo, se concebía como dividida en cuatro grandes sectores, orientados hacia los distintos rumbos del Universo. Función de suma importancia se concedía a los cómputos calendáricos, ya que basados en el tiempo normaban su existencia.

El documento principal de la literatura maya es el Popol Vuh, libro sagrado de los quichés. En éste se refieren los mitos, leyendas e historias de este antiguo pueblo. Los libros de Chilam Balam (18 libros) recopilan cantos, poemas, profecías, acontecimientos importantes. Entre los códices encontramos El Códice de Dresde (más interesante y hermoso, donde se describen rituales y cálculos de los mayas en Chichén-ltzá); el Códice Tro-Cortesiano (material para la adivinación) y el Códice Peresiano (ceremonial).

La arquitectura (de las más ricas por su variedad y estado de conservación), la pintura (como la de Bonampak, en Chiapas), la escultura, las estelas, pintura mural, tallado de piedras preciosas, rica cerámica, conocimientos astronómicos, calendáricos (el Haab, que era el solar, de 365 días, de 18 meses de 20 días cada uno y 5 días sobrantes; y el Tzoikin, religioso, de 265 días, compuesto por 20 signos y 13 numerales) visión del mundo y desarrollo de un sistema de escritura hasta hoy sólo en pequeña parte descifrado, son las creaciones de mayor interés.