Aportaciones a la administración de Taylor

Algunas de las aportaciones a la administración de Taylor son:

– Los tiempos de movimiento en el trabajo.
– La selección científica y preparación del operario.
– El establecimiento de cuotas de producción.
– Proporcionar incentivos salariales.
– Planificación centralizada.
– La integración del obrero al proceso.
– La supervisión línea-funcional de la producción.
– El principio de planeamiento.
– El principio de preparación.
– El principio de control.
– El principio de excepción.

Las siguientes aportaciones también son conocidas como los once mecanismos administrativos desarrollados por Taylor:

1. Estudio de tiempos.
2. Supervisión funcional.
3. Establecimiento de un departamento de planeación.
4. Principio de excepción.
5. Uso de reglas de cálculo.
6. Uso de tarjetas de instrucción para los trabajadores.
7. Bonificación por tareas exitosas.
8. Estandarización de herramientas.
9. Sistemas de rutas de producción.
10. Sistemas de costos.
11. Sistemas nemotécnicos para clasificar productos.

Finalmente, podemos decir que las contribuciones más importantes de Taylor consistieron en:

Racionalización del trabajo. Como entre los diferentes métodos e instrumentos utilizados en cada trabajo hay siempre uno más rápido y un instrumento más adecuado que los demás, estos métodos e instrumentos pueden encontrarse y perfeccionarse mediante un análisis científico y un depurado estudio de tiempos y movimientos, en lugar de dejarlos a criterio personal de cada operario. Este intento de sustituir los métodos empíricos y rudimentarios por los científicos en todos los oficios recibió el nombre de organización racional del trabajo.

Mayor velocidad para terminar productos. Actualmente, la línea moderna de montaje arroja productos terminados a mucha mayor velocidad que la que Taylor se pudo haber imaginado.

Técnicas. Sus técnicas de eficiencia han sido aplicadas a muchas organizaciones que no son industriales, que van desde los servicios del ramo de la comida rápida hasta la capacitación de cirujanos.

Al respecto, también los trabajos de Taylor tuvieron críticas: la administración científica, se preocupó más por las tareas (organización y ejecución), los trabajos y cargos efectuados por el operario (tiempo y movimiento), por ello, se le conoce como la «teoría de la máquina», pues concibe la organización como «una distribución rígida y estática de piezas». En la búsqueda de la eficiencia, la administración científica buscaba arduamente la especialización del operario a través de la división y de la subdivisión del trabajo, sin embargo, no se preocupó por la satisfacción en el trabajo de los empleados, violando así, su dignidad humana. Consideró al empleado como parte de la maquinaria, de manera individual, ignorando que es un ser humano y social (cuestión por la que fue fuertemente criticado).

A la fatiga la consideró como un fenómeno muscular y fisiológico, estudiado principalmente a través de los datos estadísticos. Estudios posteriores demostraron que su teoría de que la eficiencia administrativa aumenta con la especialización del trabajo, no tuvo fundamento alguno. Sus métodos se consideraron como empíricos, basados en datos aislados. Omite por completo la organización formal e informal, ya que considera a la misma como un ente social con interacción al interior, pero como un sistema cerrado sin interacción con el medio ambiente que le rodea. Los principios que estableció fueron considerados por él como verdades absolutas que debían aplicarse como recetas de cocina para tener éxito.

Fuente: Administración I de la facultad de contaduría y administración, UNAM.