Carlomagno

Carlomagno nació probablemente en Aquisgrán (Aix-la-Chapelle, en la actual Alemania) el 2 abril del 742, hijo del rey franco Pipino el Breve y nieto de Carlos Martel. En el 751 Pipino destronó al último rey Merovingio y asumió el título real. Fue coronado por el papa Esteban II en el 754. Al lado del ya consagrado Pipino, el papa Esteban ungió a Carlomagno y a su hermano menor, Carlomán.

Cuando Pipino murió en el 768, el gobierno de sus reinos fue compartido entre sus dos hijos. Carlomagno buscó una alianza con los lombardos al casarse en el 770 con la hija de su rey Desiderio (que reinó entre el 757 y el 774). En el 771 Carlomán murió repentinamente.

Carlomagno entonces se apoderó de sus territorios, pero los herederos de Carlomán buscaron refugio en la corte de Desiderio. Por entonces, Carlomagno había repudiado a su esposa y Desiderio dejó de ser su aliado. En el 772, cuando el papa Adriano I pidió la ayuda de Carlomagno contra Desiderio, el rey franco invadió Italia, derrocó a su antiguo suegro (774) y asumió el título real.

Entonces viajó a Roma y reafirmó la promesa de su padre de proteger las tierras papales. En una fecha tan temprana como el año 772, Carlomagno combatió las furiosas incursiones de los sajones en su territorio.

Animado por su éxito en Italia, se embarcó en el 775 en una campaña para conquistarles y cristianizarles.

La campaña tuvo algún éxito inicial pero se alargó durante treinta años. Combatió en la península Ibérica en el 778; en su viaje de regreso, su retaguardia, mandada por Roland, fue objeto de una emboscada, historia inmortalizada en La Canción de Roland.

En el 788 sometió a los bávaros a su poder, y entre los años 791 y 796 los ejércitos de Carlomagno conquistaron el territorio de los ávaros (que en términos generales corresponde a las actuales Hungría y Austria).

Establecido de este modo el dominio franco sobre muchos otros pueblos, Carlomagno había construido de hecho un Imperio y se había convertido en un emperador.

Únicamente le restaba adoptar el título. El día de Navidad del 800, Carlomagno se arrodilló para orar en la basílica de San Pedro en Roma. El papa León III colocó sobre su cabeza una corona y la gente reunida en la iglesia le aclamó como el gran y pacífico emperador de los romanos

Murió en Aquisgrán el 28 de enero de 814.