Ciclo de control de Deming

Es deseable lograr y controlar los cambios sistemáticamente, para lo cual es útil el conocido ciclo de control (una forma de llamarle al método científico) en la versión de Deming:

Planear significa decidir qué haré, cómo lo haré, con cuáles recursos, en qué tiempo, etc. Implica tomarse la molestia de pensar y decidir lo que voy a hacer. Aun cuando se da por supuesto que el plan nos llevará a algo bien determinado, demasiado frecuentemente se encuentran planes para lograr algo desconocido, planes sin propósito. Planear lleva implícitamente la existencia de una meta bien definida y una evaluación de los efectos que la ejecución pueda acarrear, no en balde, las consecuencias de nuestras acciones son cíclicas, esto es, nuestras acciones originan efectos en nosotros mismos.

Hacer se interpreta como ejecutar lo planeado, de acuerdo a lo planeado. Esta parte del ciclo es la realizada con mayor frecuencia y con mucho entusiasmo, aunque muchas veces y desafortunadamente, sin el concurso de los demás puntos; en otras palabras, sin plan, ni verificación, ni ajustes con las consecuencias de resultados débiles, incompletos, efímeros, etc.

Verificar es la etapa donde se comparan los resultados de la ejecución con los esperados en el plan. Aquí se evalúa la diferencia entre lo esperado y lo alcanzado. Usualmente no verificamos, dejamos los procesos de ejecución «abiertos» sin cercioramos que realmente hemos alcanzado el fin pretendido. Cuando lo hacemos, frecuentemente es de manera inconciente y no revisamos a fondo lo que hemos hecho.

Ajustar quiere decir modificar lo necesario para mejorar los resultados que se obtendrán la siguiente vez. Es recomendable decidir los ajustes apoyándose en los resultados de la verificación como indicadores objetivos de desempeño. En el contexto del método científico, la formulación de nuevas hipótesis basada en los resultados de experimentos corresponde a esta etapa. En normas sobre sistemas de calidad se encuentran requisitos sobre acciones correctivas encaminados en esta misma dirección.

Es fácil percatarse de la aplicación del ciclo PHV A, y por lo tanto de los procesos de medición, en la vida diaria, aun cuando la mayor parte de las veces se aplica de manera inconsciente, como se dijo. La administración del presupuesto familiar ofrece un claro ejemplo que no requiere explicación adicional y en el cual los, a menudo desastrosos, resultados encuentran explicaciones claras a la luz de los conceptos de PHVA.

Fuente: Apuntes de Metrología de la UNIDEG