Color como identificador de producto

Una de las funciones del color en mercadotecnia es atraer la atención para captar el interés; la identificación por medio del colores usada para marcar e identificar materias primas en la industria.

En la mercadotecnia de bienes envasados, es posible determinar qué colores corresponden a las categorías específicas del producto.

La expresión informativa de los colores se facilita por la forma y la dimensión del envase; uno no espera encontrar detergente en un envase pequeño, del tamaño aproximado de uno de cigarros, aunque el color sea azul con blanco, por ejemplo.

Durante un experimento que consistió en servir café a doscientas personas, servido en tazas rojas, azules, marrones y amarillas, y preguntarles las diferencias que encontraran en el producto, dejó los siguientes resultados: el 73% encontró muy fuerte el café de la taza marrón, 84% consideró rico y con cuerpo al café de la taza roja, al de la taza azul lo sintieron sin aroma, y al café de la taza amarilla lo encontraron “muy flojo” o sea como se dice comúnmente “agua de calcetín”.

Como a toda la gente se le sirvió el mismo café, se puede deducir que las impresiones sobre el producto provenían del color de la taza, cuyos colores apoyaban o devaluaban las características del producto.

Color como identificador de producto

Existen cuatro categorías de consideraciones que se interrelacionan e influyen en la selección del color: la identidad, la imagen, los requerimientos de la venta y las limitaciones a considerar.

1) Identidad. Es la naturaleza, apariencia y propiedades físicas del producto; el color informa de qué tipo de mercancía se trata.

2) Imagen. Es la idea que el consumidor tiene del producto; con el color se sugieren diversas propiedades de éste.

3) Requerimientos de venta. Principalmente son visibilidad, legibilidad y unidad en el grafismo, todas ellas con el objetivo de facilitar la localización y venta del producto así como de asegurar el grado de identificación.

4) Las limitaciones a considerar. La atención activa se produce cuando conscientemente vemos y nos interesamos por un objeto.

El color sirve para atraer la mirada del comprador e indicar la posición del envase, hacerlo fácilmente reconocible y dar la información relativa al contenido. El poder de atracción no sólo depende del color y de la luminosidad, sino también de los efectos psicológicos que producen los colores.

Fuente: Materia de Diseño de Envases y Embalajes de la Universidad de Londres