Competencia imperfecta

El monopolio es una situación del mercado en la que un único vendedor o productor ofrece el bien o servicio que la demanda requiere para cubrir sus necesidades en dicho sector.

Para que un monopolio sea eficaz no tiene que existir ningún tipo de producto sustituto o alternativo para el bien o servicio que oferta el monopolista; asimismo, no debe existir la más mínima amenaza de entrada de otro competidor en ese mercado.

Esto permite al monopolista el control de los precios. Por ejemplo en México el caso de la producción de gasolina que es producida por PEMEX.

Para ejercer un monopolio se tienen que dar una serie de condiciones:

– Controlar un recurso indispensable para obtener el producto.

– Disponer de una tecnología específica que permita a la empresa o compañía producir, a precios razonables, toda la cantidad necesaria para abastecer el mercado, lo cual a veces se denomina monopolio “natural”.

– Disponer del derecho a desarrollar una patente sobre un producto o un proceso productivo.

– Disfrutar de una franquicia gubernativa que otorga a la empresa la exclusividad para producir un bien o servicio en determinada área.

Desde el punto de vista de la sociedad, el monopolio conlleva unos efectos menos deseables que los derivados de la competencia económica. En general, el monopolio redunda en una menor producción de bienes y servicios de los que se derivarían en condiciones de competencia con precios mayores.

Otra práctica habitual de los monopolios es la discriminación de precios, que implica el cobrar diferentes precios para los mismos bienes o servicios dependiendo de qué parte del mercado compre.

La competencia monopolística consiste en la organización del mercado en la cual hay muchas empresas que venden bienes o artículos similares, pero no idénticos.

Debido a la diferenciación de productos, los vendedores tienen cierto grado de control sobre los precios; por consiguiente se enfrentan a una curva de demanda con pendiente negativa. Sin embargo, su poder se ve limitado por la existencia de muchos sustitutos cercanos y da como resultado una curva de demanda muy elástica.

El oligopolio es la organización del mercado que es dominada por un reducido número de productores u oferentes. Es un mercado que se encuentra en una posición intermedia entre la competencia perfecta y el monopolio.

Un mercado oligopolístico puede presentar, en algunas ocasiones, un alto grado de competitividad. Sin embargo, los productores tienen incentivos para colaborar fijando los precios o repartiéndose los segmentos del mercado, lo que provoca una situación parecida a la del monopolio.

Este tipo de políticas están prohibidas por las leyes antitrust y por las leyes de defensa de la competencia. Pero también dependen de que las empresas cumplan sus acuerdos.

En los mercados oligopolísticos, como por ejemplo el mercado de petróleo y el de los detergentes, con frecuencia suceden largos periodos de estabilidad en los precios.

Los productores se limitan a competir mediante la publicidad de sus productos (por ejemplo, la típica frase publicitaria “lava más blanco”) y otra clase de técnicas como la distribución de cupones que pueden intercambiarse por diversos artículos.

Para tomar decisiones sobre precios, las empresas que operan en mercados oligopolísticos utilizan la teoría de juegos.

El juego consiste en anticipar la reacción de las compañías competidoras ante cambios en las condiciones del mercado y en poder planificar la política por seguir para conseguir la máxima rentabilidad posible.

En el caso del oligopolio la industria automotriz terminal esta integrada en este tipo de mercado, ya que tiene la posibilidad de reunirse para negociar segmentos de mercado, así como ponerse de acuerdo en la determinación de los precios de lo que generan.

Alcanzar un resultado óptimo depende en buena medida de que las empresas se comporten de una forma racional. En un juego de suma cero, la rentabilidad total es fija, por lo que una empresa sólo podrá mejorar su posición a costa de las demás.

En los juegos que no son de suma cero, la decisión de un jugador puede beneficiar a todos los demás.

Fuente: Apunte de Microeconomía de la FCA, UNAM.