Costos de la calidad

La idea del costo de la calidad se originó en la década de los cincuenta. Tradicionalmente reportar costos relacionados con la calidad se había limitado a la inspección y a las pruebas; otros costos se acumulaban en las cuentas de gastos generales.

Conforme los gerentes empezaron a definir y a aislar el abanico total de los costos relacionados con la calidad, se hizo patente una serie de hechos sorprendentes.

Primero, los costos relacionados con la calidad eran mucho más importantes de lo que antes se informaba. Segundo, los costos relacionados con la calidad no sólo estaban relacionados con operaciones de manufactura, sino también con servicios auxiliares, como los departamentos de compras y de servicio al cliente.

Tercero, la mayoría de los costos eran resultado de una mala calidad y eran evitables, no había asignada una responsabilidad clara de acción para su reducción, ni algún procedimiento estructurado formulado para ello.

Como resultado muchas empresas empezaron a desarrollar programas de Costo de la Calidad (COQ). Los “costos de la no calidad” – o con mayor exactitud, los costos de la mala calidad – se asociaron con evitar la mala calidad.

La información del costo de la calidad sirve para una diversidad de fines: ayuda a la gerencia a evaluar la importancia relativa de los problemas de calidad y por lo tanto, a identificar oportunidades principales de reducción en costos; puede auxiliar en actividades de presupuesto y de control de costos; finalmente, pueden servir de tablero marcador para evaluar el éxito de la organización en la consecución de los objetivos de la calidad.

Para establecer un procedimiento de costo de la calidad, se deben identificar las actividades que generan los costos, medirlas, reportarlas de manera que resulte significativo para los gerentes y analizarlas, para identificar áreas de mejora.

Fuente: Apuntes de Operaciones II de la FCA de la UNAM