Cuidados de enfermería en fototerapia

1) Colocación del niño sobre la cuna: debe haber una distancia entre la lámpara fluorescente y el lugar donde el niño está postrado, entre 50 y 75 cm. Debe estar desnudo por completo aunque a veces se protegen las gónadas (con pañal).

A veces también se protege la zona paraesternal izquierda cuando hay problemas de reapertura del ductus arterioso. Se debe cambiar de posición cada 2 horas para que la luz irradie todo el cuerpo.

2) Cuidados de:

ojos: se les protegen los ojos ya que la luz directa continuada puede provocar daños en la córnea y en la retina. Los ojos se protegen con gafas o antifaces o con esparadrapo.

Pero esto puede provocar desorientación e hiperreactividad por deprivación sensorial, por ello debemos hablarles y acariciarles y retirarles la protección para comer.

Además debemos colocar bien las gafas o antifaces para no provocar asfixia en el R.N. por desplazamiento accidental de estos.

piel: debe estar libre de ungüentos o aceites ya que pueden provocar erupciones o salpullidos. La piel debe estar limpia y seca.

temperatura: debe mantenerse dentro de los límites normales por servocontrol ya que se pueden dar casos de hipertermia o hipotermia.

3) Control del estado de hidratación: la fototerapia hace que el niño haga deposiciones más líquidas y verdosas (por la presencia de fotoisómeros), luego se favorece la deshidratación.

También aumenta la transpiración. Luego requieren un aporte adicional de líquidos (25% adicional). Además se tendrán en cuenta medidas de higiene ya que la orina junto con las heces y la luz pueden dañar la piel.

4) Controles analíticos: hematocrito, hemoglobina y bilirrubina en sangre total, directa e indirecta.
5) Medidas de seguridad.

– problemas de asfixia o sofocación
– con respecto a las lámparas ya que pierden su eficacia cuando llevan un determinado número de horas funcionando.

Deben ir recubiertas de plástico para que si estalla no le caigan cristales al niño.

– barras laterales en la cuna

6) Apoyo emocional al niño y a su familia; las madres a veces sufren el síndrome del niño vulnerable, creen que cualquier cosa es grave, no dejan al niño nunca solo, luego el apoyo emocional y la información es la mejor terapia.

Fuente: Apuntes y notas de enfermería materno infantil del Conalep