Culturas del Tajín y Xochicalco

El Tajín, zona arqueológica mexicana, situada a 260 km del puerto de Veracruz y a 30 km de la costa del golfo de México, cuyos restos pertenecen a una cultura que se desarrolló entre los siglos IX y XIII, atribuida al pueblo totonaca. La ciudad estaba dedicada a la deidad del mismo nombre, el dios del rayo y de la lluvia. El centro ceremonial se compone de una serie de edificios dispuestos en plataformas escalonadas y explanadas artificiales.

Rodeadas de una fértil selva tropical que ha contribuido, junto con el abandono de siglos, a su estado actual de conservación.

Una de sus construcciones más importantes es la pirámide de Tajín, edificio que delimita en su cara occidental con una plaza que daba acceso al centro ceremonial. También se le llama pirámide de los Nichos, con tantos como los días del año, incluyendo los que se encuentran ocultos bajo la escalera y en la puerta de acceso, distribuidos en los siete cuerpos del edificio, cuya altura es de 25 metros y su base, de 35 metros.

Esos nichos proporcionan un rico juego de contrastes de luces y sombras según el momento del día. Las cornisas y los escalones subrayan la horizontalidad del edificio.

Sobre una enorme plataforma artificial se localiza lo que los arqueólogos han denominado el Tajín Chico, y es allí donde se encuentra la mayor concentración de edificios de todo el yacimiento.

Entre estas construcciones destaca el llamado edificio A, con una decoración basada en grandes marcos rectangulares, grecas escalonadas y otros motivos geométricos

El fundamento de la capacidad creadora de los totonacas nos la da la arqueología. En ella se muestra que fueron excelentes arquitectos, escultores, alfareros y pintores. Además fue un pueblo guerrero, que logró influir y someter a grupos como los pipiles, los olmecas tardíos, los distintos señoríos huastecos y mixtecos, entre otros.

En el periodo comprendido entre los siglos VII y X d.C., alcanza su mayor esplendor el centro cultural de Xochicalco (situado en el actual territorio de Morelos). Esta ciudad se edificó sobre varias terrazas escalonadas construidas en un cerro.

En la arqueología ha revelado que allí se recibieron y asimilaron influencias de regiones como la maya, la zapoteca, la teotihuacana y la Olmeca. Entre los edificios más importantes destacan, la pirámide de la serpiente emplumada, el Palacio, el juego de pelota, etcétera.

El Xochicalco tuvo el privilegio de ser sitio de confluencias culturales muy distintas, propiciando con ello un incremento de población alrededor de este centro. Los habitantes de Xochicalco (hablantes de la lengua náhuatl) ejercieron gran influencia cultural sobre los distintos grupos cuya penetración y asentamiento se iniciaba en el valle de México y varias regiones.