Detectar la estructura del texto

Conocer e identificar qué tipo de estructuras textuales existen, así como sus características, va a facilitar enormemente la comprensión lectora. La lectura se convierte en un rompecabezas, en el cual, a partir de un esquema prefijado (la estructura), el lector debe ir componiéndolo, situando cada ficha (ideas) en su lugar correspondiente.

La primera ayuda con la que contamos para detectar las estructuras textuales son los tipos de señales que suele emplear el escritor para organizar el texto: títulos, subtítulos y enunciados previos. Si poseemos el conocimiento necesario para detectar la estructura en la que se organiza un texto podremos predecir qué patrón siguen las ideas y detectar mejor las ideas más importantes y principales frente a otras secundarias.

Todos los textos, tanto a los que accedemos en nuestra vida cotidiana como a los que tenemos que hacer frente en nuestro estudio universitario, responden a una estructura que ha sido seleccionada por el autor con un pretexto: explicar, exponer o describir una realidad, presentar un problema con sus soluciones o bien, comparar dos realidades. Cada una de estas finalidades literarias responde a una estructura textual.

En muchos casos, esta estructura puede no ser del todo clara, o bien, pueden aparecer varios tipos de estructura a la vez, incluso se puede complicar aún más por la cantidad de ideas que se transmiten o se relacionan en el texto o por la aparición de términos y vocabulario complejo. Sin embargo, si indagamos en la lectura y descubrimos la estructura del texto, esto nos facilitará la detección de las ideas más importantes -como de otras secundarias-, y, por lo tanto, la organización de la información, lo cual nos servirá para emplear otras técnicas de organización de la información posteriores para facilitar el estudio (resúmenes, esquemas, mapas conceptuales) como veremos en siguientes apartados.

Las estructuras más frecuentes de textos expositivos son las siguientes:

  • Clasificación: el autor identifica y trata sobre unos conceptos generales sobre los que se estructura el texto. Las ideas principales suelen ser las distintas clases en las que se organizan los grupos.
  • Causalidad: Se presentan los antecedentes y las consecuencias de unos hechos, ideas o conceptos. La idea principal es propiamente la relación de causalidad.
  • Comparación: se analizan las semejanzas y las diferencias de dos o más realidades. Normalmente, la idea principal se presenta al principio como una comparación general que se irá desgranando a lo largo del texto.
  • Problema –solución: se presenta un problema al que se le da o se le trata de buscar una o varias soluciones a lo largo del texto.
  • Descripción-generalización: el autor describe de forma detallada un aspecto general sobre un tema, que viene a coincidir con la idea principal del texto. La exposición de ideas se encuentra jerárquicamente ordenadas.
  • Descripción-enumeración: se especifican una serie de acontecimientos o de características. Su estructura puede ser similar a la comparación, aunque ésta no entra en el análisis.
  • Descripción-secuencia: Se describe un proceso por medio se una secuencia de pasos, los cuales, no pueden ser ni alterados ni eliminados –supuestamente ninguno- para no modificar el proceso.
  • Argumentación: el autor señala una serie de razones y de justificaciones para expresar o apoyar una idea, creencia u opinión. Esa idea que defiende sería la idea principal del texto.

Fuente: Entrenamiento en competencias para el estudio autorregulado a distancia de la UNED, licencia Creative Commons License 2.5.