Diferencias entre las lesbianas y los homosexuales masculinos

La investigación científica se ha preocupado muy poco del lesbianismo; la escasez de conocimientos hace que, cuando nos referimos a las características de las mujeres que lo practican, tengamos que hacer referencia constantemente a la homosexualidad masculina. Así, en cuanto al tipo de relación, las mujeres tienden a ser menos promiscuas y más selectivas, tienen muchas menos parejas a lo largo de su vida y establecen más frecuentemente relaciones duraderas, en las que los vínculos afectivos son muy importantes.

Los componentes emocionales acostumbran a ser muy intensos y por ello se tolera mucho peor la infidelidad que, en no pocos casos, es causa de ruptura; la búsqueda de tratamiento psicológico tiene lugar; muchas veces, cuando se acaba una de estas relaciones.

Por lo que respecta al comportamiento sexual, las lesbianas se centran menos en la estimulación genital y suelen preferir las caricias de tipo más sensual y generalizadas por todo el cuerpo.

Generalmente el orgasmo se obtiene por masturbación mutua, estimulación del clítoris con la lengua o por roce, no faltando tampoco aquellas lesbianas que utilizan penes artificiales, aunque esto último es mucho menos frecuente.

En cuanto al papel de los dos miembros de la pareja, contra lo que se suele creer, no hay una distribución de los roles y no es cierto que una haga de «hombre» y la otra de «mujer», lo usual es que la pauta de comportamiento venga determinada por las personalidades respectivas.

En el orden psicológico, todo parece indicar que las lesbianas se acongojan menos que los hombres homosexuales ante el envejecimiento y la soledad que este puede acarrear consigo.

La actitud de las lesbianas frente a las relaciones heterosexuales es muy distinta a la de los homosexuales; ellas pueden tener relaciones con hombres sin ningún temor al fracaso; si no son capaces de responder a la estimulación sexual siempre les queda la posibilidad de refugiarse en el papel pasivo considerado como rasgo típicamente femenino.