Digestión y respiración fisiológica

La digestión es un proceso de desintegración de los alimentos ingeridos hasta formas moleculares sencillas de monosacáridos, glicerina, ácidos grasos y aminoácidos que pueden atravesar la membrana celular. Se trata de un proceso bioquímico denominado hidrólisis, llevado a término por enzimas digestivas llamadas hidrolasas y durante el cual apenas se libera energía. Los protozoos y determinadas células libres de los animales superiores.

Realizan una digestión intracelular que puede presentarse bajo dos modalidades.

La fagocitosis consiste en capturar y hacer penetrar el alimento en una vacuola digestiva que contiene las enzimas apropiadas para llevar a término la digestión.

Las sustancias resultantes atraviesan luego la membrana de la vacuola y pasan al citoplasma.

La pinocitosis, en cambio, consiste en la ingestión de líquidos por invaginaciones de la membrana celular que luego forman vacuolas digestivas por estrangulamiento. Pero los  animales realizan una digestión extracelular mediante órganos  especializados que en conjunto forman un aparato digestivo

Con dos aberturas independientes (bucal y anal), en el cual desembocan glándulas que vierten enzimas que hidrolizan los alimentos ingeridos hasta descomponerlos en sustancias que son absorbidas por las células de las paredes del tubo digestivo, para luego ser distribuidas a todas las células del organismo a través de un sistema circulatorio.

Respiración fisiológica

La verdadera respiración o respiración celular precisa de un continuo aporte de oxigeno del exterior que es incorporado mediante la respiración fisiológica, que en los animales puede presentarse bajo cinco modalidades.

Los protozoos y los animales de organización más sencilla (celentéreos, esponjas) absorben el oxígeno -desde el aire o desde el agua- por difusión directa a través de la superficie celular.

En la respiración traqueal, típica de los insectos, el oxígeno es conducido por tubos (tráqueas) que se abren en la superficie corporal y se ramifican llegando a todas las células del cuerpo.

En la respiración cutánea, el oxígeno ingresa a través de la piel, tanto desde el aire como desde el agua. Los animales acuáticos realizan la respiración branquial mediante branquias, finas láminas de epitelio que por un extremo toman el oxígeno del agua y por el otro lo vierten al sistema circulatorio a través de los capilares sanguíneos.

Los animales superiores son de respiración pulmonar gracias a la presencia de pulmones o sacos huecos rodeados de una red de capilares que recogen el oxígeno incorporado desde el aire a través de las vías respiratorias.