El consumerismo y el origen del movimiento en pro del consumidor

El movimiento del consumidor representa las actividades que realizan grupos de consumidores, oficinas gubernamentales y, a veces, las mismas organizaciones empresariales diseñadas para proteger al consumidor.

El término movimiento en pro del consumidor, es algo engañoso, ya que no existe una verdadera organización de consumidores, sino, por el contrario, existe un conjunto de grupos con intereses por separado. Como resultado, las actividades que esos grupos realizan a favor de los intereses del consumidor se les denomina consumerismo.

Movimiento en pro del consumidor.

El interés primario del movimiento en pro del consumidor es el aseguramiento de los derechos del consumidor en el proceso de intercambio comercial. Esos derechos incluyen el derecho a la información, a ser informado con veracidad, a tener alternativas aceptables y poder contar con la garantía de seguridad en el proceso del consumo.

Existen tres tipos de organizaciones que constituyen el movimiento en pro del consumidor:

1) los grupos orientados al consumidor, cuyo interés principal está relacionado con la creciente conciencia del consumidor y con la disposición de proporcionar a los consumidores la información necesaria para mejorar su plataforma de elección,
2) la legislación y los reglamentos gubernamentales y
3) algunas veces, los mismos negocios, a través de la competencia y la autorregulación.

El movimiento en pro del consumidor no es sólo un fenómeno estadounidense desde hace casi durante 25 años, ha sido un fenómeno mundial. El enfoque ecológico del consumerismo comenzó en Europa Occidental, donde el movimiento Green se enraizó como una fuerza política a principios de los años 5O, para protestar contra el impacto negativo de la lluvia ácida sobre los bosques de Europa.

A finales de la década, los centros Green se habían convertido en núcleos políticos, logrando el 14.5 por ciento de los votos del parlamento en el Reino Unido, 14 por ciento en Bélgica, 8.4 por ciento en Alemania Occidental y 10.5 por ciento en Francia.

Green presionó a las oficinas federales, estatales y locales en diversos países, a fin de extender el movimiento, las nuevas agencias, a su vez, transmitieron el mensaje claro a la industria.

Se introdujeron pañales sin pulpa en Gran Bretaña, la Federal Enviromental Protection Agency de Alemania instauró la etiqueta Blue Angel para productos declarados como sanos para el ambiente; en Bélgica se vendió la línea Ecover de productos anticontaminantes de limpieza y en Canadá se inauguró una línea de productos Green.

En conjunto, el ánimo del público parece resumirse mejor por el sondeo realizado en 1990, el cual mostró que el 75 por ciento de los consumidores de Europa Occidental especulaban sobre el verdor del producto al decidir sobre la compra.

Fuente: Apunte de la materia Psicología del Consumidor de la Unideg