El crecimiento de las ventas al detalle

A finales del siglo XIX John Wanamaker revolucionó las ventas al detalle. Antes de la Guerra Civil la mercancía no tenía marcado el precio de venta en los establecimientos en que se vendía. Como resultado, los tenderos cambiaban los precios dependiendo del aspecto del comprador o de las propias necesidades económicas del momento.

Wanamaker, quien era dueño de una mercería en Filadelfia, cambió esta tradición al estandarizar los precios de toda la mercancía que vendía. Además, gozaba de una gran credibilidad por ofrecer, como garantía de sus productos, la devolución del dinero en caso de algún defecto. Esta estrategia de negociación honesta y directa fue tan exitosa que Wanamaker construyó dos tiendas más y la gran tienda departamental Philadelphia Grand Depot.

Wanamaker también contrató al primer copywriter (redactor publicitario), John E. Powers. Él fue contratado con el fin de comunicar al público la filosofia de Wanamaker. Powers le agregó a la publicidad «ciertos matices periodísticos» al redactar anuncios que resultaban novedosos y precisos en términos informativos.

También actualizó los anuncios al redactar uno nuevo cada día. «Mi descubrimiento» como lo explica Powers, consistió en «imprimir las noticias de la tienda».» Con la colaboración de Powers, el volumen de ventas se duplicó al paso de algunos años.