Elementos para la cultura de continuación

Los elementos a tener en cuenta en la cultura deseada se detallan a continuación:

Misión/Visión. Claridad en la misión, el grado en que los miembros perciben claramente lo que desea la organización alcanzar o mantener. Apreciación por las normas y conductas que deben existir.

Sistema de valores. Clarificar de forma expresa los valores deseados que sustentarán la estrategia, los cuales no deben ser impuestos, sino compartidos por todo el personal de la organización.

División del trabajo y hábitos. Tipo de nivel de actividades fundamentales dentro del trabajo mismo: cómo se hacen las cosas en la organización; cómo se percibe y trata al cliente, cómo se elaboran los informes, el tipo de producto, el canal de distribución, entre otros; Cómo se comparte o no los resultados del trabajo desde su inicio a fin, cómo se comportan los canales formales e informales de transmisión de hábitos.

Ritos y ceremonias. Aspectos que rodean el trabajo: cómo se incentiva, cómo se llama la atención, cómo se influye en el comportamiento; las asambleas, reuniones, proceso de selección, de evaluación, de aprendizaje, orientación en que se toman las decisiones.

Organización, comunicación e información interna. Cómo es la organización, los sistemas de información, la comunicación formal vertical y horizontal, su estructura organizativa y su congruencia con la estrategia, cómo apreciar los cambios en el clima cuando hay disfunción, otras.

Características de los directivos. Orientación en la toma de decisiones, vías por utilizar en la búsqueda de soluciones, conocimientos, autonomía, cómo expresar el poder, etcétera.

Actualmente, las organizaciones inmersas en la globalización exigen que mediante la cultura organizacional los empleados se mantengan unidos. Éste es el elemento más cohesivo; comunica el sentido de pertenencia y nos va a indicar el comportamiento de los miembros de la organización, además de que permite a los que por alguna circunstancias no pueden asistir a la organización trabajar con entusiasmo y armonía para cumplir con los objetivos comunes que satisfagan las necesidades cambiantes del entorno.

Por ello, Hellriegel considera que “una organización tiene una cultura sólida cuando los elementos culturales más observables proyectan un solo mensaje consistente”. Es decir, en esas organizaciones los miembros comparten un estilo común de hacer las cosas; para ello, el fundador tiene que lograr que aprendan los valores, las normas y los comportamientos que le permitan participar a cada uno en la organización; esto se logra mediante la socialización organizacional.

Es decir, los propios empleados se transmiten uno a otro todo aquello que el sistema organizacional no lo plasma por escrito. La socialización es un mecanismo clave que se utiliza para incrustar la cultura.

Fuente: Apuntes de Administración IV del FCA de la UNAM