Física moderna

Hacia finales del siglo XIX la física parecía haber alcanzado un estadio de totalidad definitiva con la integración de la mecánica y la termodinámica en la mecánica estadística, y de la electricidad y la óptica a través de las ondas electromagnéticas. Sin embargo, ciertos fenómenos como el carácter corpuscular de la electricidad (determinación de la relación carga-masa para el electrón).

La negatividad de la carga electrónica, la identificación de los electrones y los rayos catódicos y el establecimiento de la carga del electrón, obligaron al replanteamiento de muchas concepciones, dando lugar al nacimiento de la llamada física moderna.

Esta se inicia con la hipótesis de los cuantos de M. Planck (1858-1947), a la que siguen la determinación de la naturaleza de los rayos X por M. von Laue (1870-1960), el estudio de la radiactividad natural por el matrimonio Curie y el efecto fotoeléctrico explicado por A. Einstein (1879-1955) mediante la hipótesis de cuanto de luz (fotón) y confirmado experimentalmente en 1925 gracias a los trabajos de A. H. Compton (1892-1962).

La nueva física quedó formalizada mediante los enunciados de las teorías de la relatividad especial (1905) y general (1915) por A. Einstein y el modelo atómico de N. Bohr (1885-1962), así como por el desarrollo de la llamada mecánica cuántica por varios científicos; entre ellos, L. de Broglie (1892-1986) y su dualidad onda-corpúsculo, E. Schrödinger (1887-1961), P

Dirac (1902-1984) y la aplicación del concepto de probabilidad ala onda asociada a un corpúsculo, y W. Heisemberg (1901-1976), que formuló el principio de incertidumbre.

En 1934 se descubre la radiactividad artificial (Joliot-Curie) y cuatro años mas tarde la fisión nuclear (O. Hahn, 1879-1968, y F. Strassmann, 1902-1980), con lo que cambié por completo el panorama de la relación entre la masa y la energía, así como la estructura de la primera, de la que hasta entonces solo se conocían tres componentes: el electrón (1879), el protón (1910) y el neutrón (1932).

Se abría así la búsqueda de los constituyentes elementales de la materia, las partículas elementales, de las que hoy se conocen más de doscientas. En la actualidad se trabaja para unificar las cuatro interacciones fundamentales conocidas: la gravitatoria, la débil, la fuerte y la electromagnética.

Si bien estas tres últimas han permitido realizar enormes avances en cuanto a la unificación, la primera aun resiste este proceso, que intenta cerrarse mediante las teorías de gran unificación y, más recientemente, la llamada teoría de supercuerdas.

Por otro lado, se realizan grandes esfuerzos para profundizar en el estudio de la fisión nuclear y poner a punto los reactores de fusión. Además, los avances en campos como el láser, la electrónica, la superconductividad, etc., son constantes y espectaculares, contribuyendo todo ello a que el futuro inmediato de la física aparezca francamente prometedor.