Francisco de Quevedo y Villegas

Escritor, espadachín y español nacido en Madrid el 17 de septiembre de 1580, Era el tercero de los cinco hijos de Pedro Gómez de Quevedo, que ocupó cargos palaciegos, y de María de Santibáñez. Estudió en el colegio de la Compañía de Jesús en Madrid y en la Universidad de Alcalá (Madrid); después cursó estudios de teología en la Universidad de Valladolid (1601-1606), pues allí se había desplazado la Corte.

En esta época ya destacaba por su gran cultura y por la acidez de sus críticas contra Luis de Góngora. En 1606 marchó a Madrid en busca de éxito y bienes materiales a través del duque de Osuna, quien se convirtió en su protector; también entabló un pleito por la posesión del señorío de La Torre de Juan Abad, pueblo de la provincia de Ciudad Real.

En 1613 acompaño al duque de Osuma a Italia, donde fue designado virrey de Nápoles. Por años Quevedo se desempeñó como diplomático y espía, conociendo a toda clase de personas. Por sus servicios, en 1618 recibió el hábito de la orden de Santiago, la más prestigiosa de España.

La caída en desgracia de Osuna arrastró a Quevedo, quien fue acusado de malversación y puesto en arresto domiciliario en la torre de Juan Abad.

Al llegar al trono Felipe IV, con su valido el conde-duque de Olivares, nombro a Quevedo como secretario del monarca en 1632. Dos años después se caso con Esperanza de Mendoza, señora de Cetina, viuda y con hijos, que era fuente de disgustos hasta su disolución en 1636. En 1639, la malicia le atribuye unos versos censurando al rey, por lo que es detenido y preso en San marcos de León.

Quevedo fue una de las glorias del Siglo de Oro de las letras españolas, dentro de las cuales creó el movimiento conceptista, en oposición al culteranismo que encabezaba Luis de Góngora.

Escribió tanto versos de honda densidad poética como pros pulida con maestría y muchas veces encaminada a ridiculizar las debilidades y flaquezas humanas.

Entre sus obras están: Los sueños, La vida del Buscón don Pablos, Mundo caduco y desvaríos de la edad, El chitón de las tarabillas, Cartas del caballero de la Tenaza y un gran cantidad de sonetos y otras formas poéticas con múltiples temas, todos ellos producto de un ingenio muy agudo y una factura exquisita.

Murió en Villanueva de los Infantes, el 8 de septiembre de 1645.