Función y esquema creativo

Desde un punto de vista operativo, la creatividad es una capacidad sumamente compleja del ser humano, pero bien valdría la pena considerarla también como una cualidad, ya que todas las personas son capaces de expresar ideas nuevas, añadiendo así valor tanto a su vida como a la de los demás.

La función o expresión creativa de una persona muchas veces se encuentra acotada por la manera en que ésta aprende a socializar, así como por los sentimientos de angustia, confusión y frustración que suelen acompañar al proceso creativo, y que no siempre sabe cómo encauzar. Aunque no lo parezca, este tipo de sentimientos contribuye a estimular la creatividad de una persona de manera muy exitosa.

Hace tiempo, la gente solía afirmar que las ideas nuevas provienen de las combinaciones hechas con otras ya existentes, lo que operativamente no es erróneo. El ser humano se encuentra en constante estado de alerta ante situaciones de emergencia, lo que lo impulsa a generar soluciones y a destacar un tipo de comportamiento al que denominamos novel, es decir, creativo. Este tipo de comportamiento es, sin duda alguna, ordenado y predecible. Es por ello que todas las personas son capaces de potencializar, incrementar y acelerar su facultad creativa.

Dicha teoría, es denominada teoría de la generatividad. Y de acuerdo con dicha teoria , un esquema creativo destaca cuatro competencias nucleares que ayudan a las personas a expresar su creatividad. Estas son la captura, el reto, la ampliación y el entorno. Mismas que se explican a continuación.

1.  Captura. Las ideas son fugaces, razón por la cual las personas deben aprender a prestar atención y a preservar sus ideas nuevas, si es necesario, valiéndose de mecanismos útiles para cada una, tales como cuadernos de notas y grabadoras; así como aprender a soñar –incluso– despiertas.

2. Reto. En situaciones poco comunes, nuestros comportamientos compiten, generando así nuevos comportamientos. Es por ello que el fracaso es un componente muy valioso para la generación de nuevas ideas, ya que hace surgir o reaparecer comportamientos que solían funcionar en situaciones como la que estamos enfrentando en un momento dado. Es cierto, el fracaso desarrolla la creatividad, lo negativo es la percepción que tenemos acerca del mismo.

3. Ampliación. Se refiere a la disposición de ampliar nuestros horizontes a través de distintas experiencias, que nos permite realizar conexiones diversas e interesantes con nuestro propio repertorio de comportamientos. Una forma de hacerlo es, por ejemplo, salir de nuestro campo de conocimiento básico.

4. Entorno. Los comportamientos se ponen en movimiento a causa de estímulos poco habituales en el entorno. Es por ello que un entorno físico y social bien adecuado puede acelerar y orientar nuestra propia expresión creativa.

En términos generales, bajo un parámetro operativo, la teoría de la generatividad reconoce que todas las personas son creativas y que pueden desarrollar dicha función, ya que el proceso combinatorio de comportamientos es un factor ordenado, progresivo y predecible en el ser humano.

Fuente: Apuntes de Creatividad Aplicada al Diseño de la Universidad de Londres