Hormonas femeninas

La vida reproductiva de la mujer comienza con la menarquia durante la pubertad, y termina en el climaterio donde se produce la menopausia.

Ocurren cambios cíclicos a dos niveles fundamentales: ovario y endometrio. Estos ciclos influyen incluso a nivel psicológico.

Las hormonas más importantes son los estrógenos y la progesterona que influyen en útero, trompas, vagina, mamas y tienen además otras acciones.

El ovario desempeña el papel primordial en la secreción de hormonas esteroideas; los estrógenos básicamente los aporta el folículo en su proceso madurativo, el estroma proporciona hormonas androgénicas, y la progesterona la produce fundamentalmente el cuerpo luteo.

Estrógenos: Actúan sobre el ovario favoreciendo la maduración del folículo y la ovulación.

En las trompas aumenta los movimientos ciliares de la mucosa interna favoreciendo la contractilidad y peristaltismo que hacen que el huevo baje al útero.

En la vagina hace que las células epiteliales produzcan glucógeno el cual es convertido en ácido láctico por los bacilos de Dodërlein que forman parte de la flora vaginal, así se gesta un medio ácido hostil a la mayoría de las infecciones.

A nivel mamario favorecen el crecimiento y la pigmentación de la areola mamaria. En general, son los encargados de crear los caracteres secundarios.

También tienen efecto anabolizante y estimulan el sistema parasimpático. En el útero de la mujer gestante producen una hiperplasia de sus células y potencian la contractilidad uterina comenzada por la oxitocina (durante el parto).

También aumenta la luz del canal cervical.
Progesterona: Relaja la musculatura lisa del útero y disminuye la contractilidad. En trompas tiene efecto sedante y enlentecedor.

En la vagina favorece la descamación del epitelio, la adelgaza. A nivel mamario prepara a la mujer para la lactancia.

Otras acciones son hipertermia, por su efecto en el SNC y estimula el sistema simpático.

Fuente: Apuntes y notas de enfermería materno infantil del Conalep