Immanuel Kant

Filósofo alemán nacido en Köningsberg, Prusia, el 22 de abril de 1724, de padres profundamente religiosos, sobre todo su madre Ana Regina Reuter, que era pietista. El padre, Hans Georg Kant, era talabartero, de modo que sólo con grandes esfuerzos pudo educar a sus hijos, especialmente a Immanuel, muy delicado de salud. De 1732 a 1740 Kant estudió el Colegio fundado por  Federico de Prusia.

A los 16 años ingresó a la universidad de su ciudad natal para estudiar Matemáticas, Física y Filosofía, campos en los que destacó.

Una vez graduado se dedicó a la enseñanza como medio para ganarse la vida y a la investigación por puro interés científico.

No obstante, gracias a la ayuda de un amigo pudo continuarlos en 1755, año en que recibió su doctorado.

Comenzó entonces una intensa carrera docente en la propia Universidad de Königsberg; primeramente impartió clases de Ciencias y Matemáticas, para, de forma paulatina, ampliar sus temas a casi todas las ramas de la filosofía. Pese a adquirir una cierta reputación, no fue nombrado profesor titular (de Lógica y Metafísica) hasta 1770.

Durante los siguientes 27 años vivió dedicado a su actividad docente, atrayendo a un gran número de estudiantes a Königsberg. Sus enseñanzas teológicas (basadas más en el racionalismo que en la revelación divina) le crearon problemas con el gobierno de Prusia y, en 1794, el rey Federico Guillermo II le prohibió impartir clases o escribir sobre temas religiosos.

Kant acató esta orden hasta la muerte del Rey; cuando esto ocurrió se sintió liberado de dicha imposición. En 1798, ya retirado de la docencia universitaria, publicó un epítome en el que expresaba el conjunto de sus ideas en materia religiosa.

La piedra angular de la filosofía kantiana (en ocasiones denominada “filosofía crítica”) está recogida en una de sus principales obras, Crítica de la razón pura (1781), en la que examinó las bases del conocimiento humano y creó una epistemología individual.

Al igual que los primeros filósofos, Kant diferenciaba los modos de pensar en proposiciones analíticas y sintéticas. Una proposición analítica es aquella en la que el predicado está contenido en el sujeto, como en la afirmación “las casas negras son casas”.

La verdad de este tipo de proposiciones es evidente, porque afirmar lo contrario supondría plantear una proposición contradictoria. Tales proposiciones son llamadas analíticas porque la verdad se descubre por el análisis del concepto en sí mismo.

Las proposiciones sintéticas, en cambio, son aquellas a las que no se puede llegar por análisis puro, como en la expresión “la casa es negra”. Todas las proposiciones comunes que resultan de la experiencia del mundo son sintéticas. Falleció el 12 de febrero de 1804 en Königsberg.