Incertidumbre financiera de 1994-1995

No obstante el superávit de 1,667 millones de dólares de 1998, se han venido suscitando sucesivos y crecientes déficits de la balanza comercial.

A partir del primer año del gobierno salinista, los desequilibrios comerciales determinaron que la cuenta corriente de la balanza de pagos registrara déficits crecientes y recurrentes en 1989 de 6,085.3 m. de d., en 1990 de 8,106.6, en 1991 de 13,787.7, en 1992 de 24,804.3, en 1993 de 23,392.7 y en 1994 de 28,500 m. de d., lo que equivale a un déficit acumulado en cuenta corriente durante el sexenio salinista de 104,677.6 millones de dólares.

Como la apertura externa canceló el ahorro interno, el financiamiento de las importaciones obligó a recurrir a un nuevo endeudamiento externo. Así, en 1993 se contrataron créditos por 13,400 m. de d. y en 1994 por 8,600, lo que incrementó la deuda externa del país a un total de 136 mil m. de d. al cierre de diciembre de 1994.

La captación de ahorro externo mediante inversión financiera privada a corto plazo, inestable y especulativa (el famoso capital golondrino) también coadyuvó a financiar los déficits comerciales y de servicios. La inversión extranjera acumulada durante el gobierno de Carlos Salinas, hasta agosto de 1994, ascendió a más de 48 mil millones de dólares.

La apertura comercial de Salinas se inició desde el primer año de gobierno, no esperó a la firma del tratado de libre comercio (TLC). Lo que se puso en marcha el 1 de enero de 1994 fue un tratado de libre inversión y la formalización del acuerdo comercial.

Para el 20 de diciembre del 1994, el Banco de México elevo el techo de la banda cambiaria a 15.3% debido a las diversas presiones (como la vulnerabilidad del sistema financiero, el riesgo que implicaba para el gobierno asumir las obligaciones a corto plazo indizadas al dólar) y a los ataques especulativos.

A finales del mes, las autoridades del Banco Central optaron por devaluar la moneda al 12.6% dentro de la banda de flotación, es decir, el peso se devaluó al 71% respecto al dólar.

La devaluación sufrida en el 1994 también consideró la baja de las reservas internacionales; ésta se dio después de agotar, casi, las reservas del Banco de México porque fueron usadas para amortiguar el impacto de la excesiva demanda de dólares (primero para financiar las cuantiosas importaciones de bienes y servicios, después para mantener la política cambiaria y contener la fuga de capitales).

De diciembre de 1993 a diciembre de 1994 las reservas nacionales se redujeron en 23,400 m. de d., y en sólo tres semanas del gobierno de Zedillo disminuyeron en 11,104 millones de dólares, así como la movilidad progresiva de los flujos de capital; todo esto trajo como consecuencia la intranquilidad de los inversionistas.

Para enero de 1995, el Banco de México anunció su programa monetario:

– Límite de 10 mil millones de pesos al crédito interno neto del Banco Central.

– El crédito interno neto se define por la diferencia entre la base monetaria y la reserva internacional del Banco de México.

– La reserva internacional se determinó conforme a la normatividad que rige a la institución (Banxico), señalando que los pasivos del Banco Central fueran derivados con propósitos de regulación cambiaria; no se restan de los activos internacionales para determinar dicha reserva.

– El crédito del Banco Central se manejaría a manera que la oferta de dinero primario atendiera la demanda de la base monetaria esperada cada día; lo anterior con base en el comportamiento de la evolución del tipo de cambio, las divergencias entre la inflación esperada y observada, etcétera.

Las anteriores fueron algunas de las medidas que se tomaron para disminuir los resultados de la devaluación hacia la población en general e ir buscando estabilidad económica y financiera para reactivar la inversión.

Recordemos que dentro de una economía abierta donde existe un libre comercio, el tipo de cambio es fundamental para llevar a cabo todas las transacciones comerciales de tipo internacional.

Le estabilidad cambiaria en un país permite también que se dé un aumento de la inversión extranjera para que el país tenga un desarrollo y crecimiento.

Fuente: Apuntes de Macroeconomía de la FCA de la UNAM