La campaña de expectativa

Corresponde al objetivo de crear ansiedad en torno al cambio drástico de un producto o al nacimiento próximo de uno nuevo. Así, la campaña posterior que anuncie su salida al mercado, caerá sobre terreno abonado por la curiosidad.

Se justifica cuando es inminente el ingreso de competencia directa, cuando se han filtrado secretos industriales o cuando la campaña que se va a lanzar es especialmente espectacular, de las que «nadie se puede perder».

Suele hacerse con fragmentos del concepto publicitario del producto o de la campaña a la que antecede, que se introduzcan con poca resistencia y sean fáciles de recordar por su impacto y brevedad. Más que para el producto, debe trabajarse para la futura publicidad.

Tiene peligros como son:

– prevenir a la competencia,
– reducir el impacto del lanzamiento o ambos efectos.
– Debe durar lo suficiente para intrigar, pero desaparecer antes de permitir que la competencia tome medidas.

Fuente: Apuntes de Mercadotecnia y Publicidad de la Universidad de Londres