La línea de investigación

El mercado no es total ni homogéneo: debemos reconocer que no podemos avocarnos a todos los grupos ni a todas sus realidades, motivo por el cual es necesario dar un fuerte impulso a la línea de investigación, con base en lo que nuestros clientes puedan necesitar, desear y aspirar en cada faceta de sus vidas.

Desde este punto de vista, el mercado nos excede y nos colma de infinitas posibilidades. Conocer el mercado es –por ende– ganarlo y volver a apostarlo cada día.

La línea de investigación tampoco es absoluta: hace inferencias a partir de muestras representativas, cuya consistencia repercute en la calidad de los resultados, restringiendo desde su propio origen la previsión de las acciones del cliente, mismas que conforman su perfil psicosocial… y que –en teoría– es parvo.

La investigación permite adecuar los recursos que tenemos disponibles con las oportunidades que advierte el mercado. En la actualidad, la línea de investigación detecta gran cantidad de nuevos targets, mercados recién constituidos o descubiertos y con un alto potencial de intercambio, a los cuales conviene dirigir buena parte de nuestros esfuerzos de mercadotecnia. En la fragmentación, cabe señalar, radican grandes oportunidades de negocio.

El mundo cambia vertiginosamente y demanda nuestra adecuación constante, motivo por el cual la línea de investigación se vale de avanzados sistemas de medición, la gran mayoría de carácter muestral, para obtener información puntual, oportuna y eficiente acerca de los grupos.

En términos generales, nuestro conocimiento, nuestras actitudes y nuestras acciones están basadas en muestras, en fragmentos de la realidad donde nuestros intereses hacen eco, donde un evento es probable y por consecuencia es cierto.

Estadísticamente referidos a una población, los grupos son clasificados e inferidos a partir de muestras que los representan, sobre la base de criterios de orden numérico, que son los que mejor revelan sus perfiles y sus tendencias.

Frente a las desventajas de una revisión censal, que implica gran cantidad de recursos, complejidad en los procesos y restricciones en la magnitud de los márgenes de error, una muestra nos permite conocer las características de una población en forma ágil y continua, confiriendo mayor posibilidad tanto en el manejo de la información como en su validación a lo largo del tiempo, pues no todos los miembros de un grupo suelen comportarse de la misma manera en la mayoría de las ocasiones.

En este sentido, la encuesta es la herramienta de carácter muestral de mayor empleo en nuestros días, por detentar en forma cuantitativa –totales, proporciones, medias, porcentajes y razones– el perfil de los grupos a los cuales nos dirigimos.

El perfil de un grupo, comúnmente delimitado a una zona geográfica, a un período de tiempo y –sobre todo– a un contexto, nos da a conocer sus características más puntuales, casi siempre en forma tripartita, haciendo referencia al género (hombre / mujer), a la edad (por rangos) y al nivel socioeconómico, que son las variables que simplifican el escenario de una población.

Fuente: Apuntes de Creatividad Aplicada al Diseño de la Universidad de Londres