La psicología, la economía y la racionalidad limitada

En su estudio de la solución racional a los problemas, la psicología clásica se ocupaba de la pericia y motivación del encargado de tomar las decisiones.

Se ocupaba de lo que en la experiencia de la persona daba como resultado la modificación de su discernimiento del problema al cual se encaraba y lo que reforzaba ciertas opciones con una fijación consecuente sobre una alternativa determinada.

El medio ambiente al que se enfrentaba el encargado de las decisiones estaba dotado de cierta estructura, lo que hacía que fuese mas fácil o más difícil tomar una decisión y que ocurriera un aprendizaje.

Era un medio ambiente razonable, que habría de reaccionar de manera congruente según fuera controlado por el psicólogo investigador.

Cuando una alternativa dejaba de ser posible, se observaba que el encargado de resolver el problema generalizaba y seleccionaba una alternativa que era similar a la que había dado pruebas de ser satisfactoria en el pasado.

Quien fuera capaz de resolver problemas en esa forma tenía que estar dotado de la capacidad y conocimientos necesarios para discernir adecuadamente entre sus alternativas y su congruencia con el problema que afrontaba.

La psicología ha ensanchado sus intereses y actualmente estudia con frecuencia los aspectos racionales de las decisiones cuando los refuerzos son dudosos o se suministran de una manera intermitente o en diversos patrones estadísticos.

Las ciencias de la psicología estudian y tratan de explicar las limitaciones de la racionalidad del que toma las decisiones debido a lo inadecuado de su historia, a su repertorio inadecuado de respuestas, a su incapacidad para discernir y apreciar con corrección las diferencias en la condición de los estímulos y las respuestas racionales potenciales.

A pesar de que la economía clásica se describía como perfectamente racional en un mundo de características determinadas y conocidas al que toma las decisiones, en épocas más recientes los microeconomistas han acabado por determinar lo que es racional en un mundo con elementos aleatorios que hacen que los resultados sean desconocidos.

Las acciones y los objetos han establecido valores que sirven de guía para las acciones y los objetos seleccionados por el encargado racional de las decisiones.

La economía ha acabado por tratar los aspectos racionales de las decisiones demostrando que el autor evalúa la utilidad que tiene para él mismo ciertas opciones, la probabilidad de que sea él quien reciba las ganancias y lo que habrá de pagar para poder recibir ciertos resultados que le sean útiles.

Su situación puede ser arriesgada en el sentido de que el resultado puede ser incierto. Puede reducir su riesgo por medio de un aumento de pago.

Lo que ahora se estudia es la manera como se sustituye el valor por el pago en varias condiciones de riesgo y de incertidumbre.

Fuente: Apuntes de la materia Psicología del trabajo de la facultad de contaduría y administración, UNAM