Maestro

La raíz etimológica de Magíster (Maestro(a)) nos remite a dos raíces latinas: Magis (adverbio de cantidad) que significa más y Magnus que se traduce como grande, es decir, doblemente grande; asimismo, según estudios filológicos el concepto Magester en latín antiguo estaba asociado a Menerva (Minerva o Palas) Diosa de la sabiduría.

En síntesis, quien ostenta el título o cargo de maestro(a) tiene una sustantiva responsabilidad, ya que asociar estos calificativos a la tarea educadora la responsabilidad es más crucial.

Ser maestro o maestra en la sociedad actual tiene implicaciones éticas, veamos algunas razones;

– en primer lugar, una tarea indelegable es la búsqueda de la verdad a través del proceso de enseñanza aprendizaje con fin último de la educación;

– en segundo lugar, el maestro está llamado a “enseñar a aprender”, lo que supone asumir los retos apuntalados por Jaques Delors (aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a ser y aprender a convivir);

– en tercer lugar, el maestro debe tener como punto de partida de su agenda didáctica y pedagógica la comprensión humana total y su entorno ecológico;

– en cuarto lugar, superadas las visiones lancasterianas y bancarias, el maestro debe ser generador, inspirador y mediador de nuevos conocimientos;

– en quinto lugar, desde la perspectiva social y cultural, el maestro o maestra debe ser un modelo genuino de las creencias y valores necesarios para la sociedad del conocimiento y la democracia;

– en sexto lugar, el maestro debe ser un amigo comprensivo que paulatinamente erradique los grandes males del fracaso escolar es posible que existen muchas razones más.