Modos de ponderación

Las ponderaciones pueden determinarse ya sea como valores contables o valores de mercado, y como históricas u óptimas.

Valor contable contra valor de mercado

Las ponderaciones de valor contable se basan en el empleo de valores contables (o en libros) para medir la proporción de cada tipo de capital dentro de la estructura financiera de la empresa.

Por su parte, las ponderaciones de valor de mercado miden la proporción de cada tipo de capital según su valor de mercado.

Estas últimas resultan más atractivas, puesto que los valores de mercado de las obligaciones se aproximan más al monto de unidades monetarias que han de recibirse por su venta.

Además, en virtud de que los costos de los diversos tipos de capital se calculan con base en los precios de mercado prevalecientes, resulta razonable usar las ponderaciones de valor de mercado.

Se prefiere a estas últimas sobre las ponderaciones del valor contable.

Históricas contra óptimas

Las ponderaciones históricas pueden ser tanto ponderaciones de valores contables como de mercado con base en proporciones reales de la estructura de capital.

Por ejemplo, una ponderación histórica estaría constituida por proporciones de valores contables tanto pasadas como presentes.

Tal modo de ponderación se basaría, por tanto, en proporciones reales, más que óptimas o deseadas. Las ponderaciones óptimas , que pueden basarse asimismo en valores tanto contables como de mercado, reflejan las proporciones deseadas de la estructura de capital de la empresa. Aquellas compañías que utilizan ponderaciones óptimas establecen dichas proporciones sobre la base de una estructura cíe capital «óptima» que desean alcanzar.

Al considerar la naturaleza relativamente aproximada de los cálculos, la elección entre estas ponderaciones podría no representar un factor adecuado.

De cualquier manera, desde un punto de vista estrictamente teórico, el modo de ponderación preferible es el del valor d e mercado con base en proporciones óptimas , lo cual se supone a lo largo de este capítulo.

Fuente: Apuntes de Administración financiera de la UNIDEG