Nicolás Bravo

Militar y político mexicano, nacido en la hacienda de Chichihualco, en Chilpancingo, Gro., el 10 de Septiembre de 1786. Junto con su padre y tíos, se dedicaba a la agricultura hasta que el 10 de mayo de 1811 se unió a las fuerzas insurgentes de Hermenegildo Galeana. En 1812 recibió la misión de detener en Veracruz al teniente Coronel Juan Labaqui, encargado de transportar el correo realista a la Capital, lo cual hizo tan satisfactoriamente que le fue conferido el mando militar insurgente de la provincia de Veracruz.

Rechazó el indulto que le ofrecía el virrey Francisco Javier Venegas, y también se negó a ejecutar a 300 prisioneros como represalia por el ajusticiamiento de su padre a manos de los realistas.

Siguió en la campaña a favor de la independencia hasta la consumación de ésta en 1821, cuando fue nombrado coronel del primer regimiento de caballería. En 1822 fue miembro de la Regencia hasta que Agustín de Iturbide se proclamó emperador.

Bravo era republicano afiliado a la logia masónica de los escoceses, que postulaba un régimen centralista, por lo que se enfrentó no sólo al primer imperio Sino a otros ex insurgentes partidarios del federalismo.

Fue vicepresidente, pero en 1827 se sublevó contra el presidente Victoria y, derrotado, tuvo que exiliarse. Volvió al país en 1829, gracias a una amnistía que lo favoreció.

Contribuyó a la caída del presidente Guerrero en 1830. El general Santa Anna le otorgó el mando del Ejército del Norte durante la guerra de Texas.

En 1844 el gobierno lo comisionó para reprimir la sublevación indígena en Chilapa. En 1846 se adhirió al Plan de San Luís Potosí para llevar a la presidencia al general Paredes y Arrillaga.

Cuando éste se puso al frente del ejército para repeler la invasión estadounidense, Bravo asumió brevemente la titularidad del Ejecutivo y luego participó en acciones de armas, incluida la defensa de Chapultepec, donde cayó prisionero.

En 1854 se negó a participar en la revolución de Ayutla y, a raíz de eso, fue envenenado junto con su esposa, por un tal doctor Avilés partidario de Juan Álvarez, enemigo político de Bravo.