Niveles del signo

Nivel Pragmático

No se limita únicamente a estos aspectos ligados a las prácticas culturales del receptor. Implica también todas aquellas vertientes que tienen que ver con lo práctico del signo; lo cual implica que debe ser perfectamente visible y legible por aquellos a quienes se dirige.

El señalamiento siempre es indicativo, y los índices son codiciosos por naturaleza (recordemos que Peirce se refiere a ellos como «aquellos que llaman la atención»).

En el Nivel Pragmático, los signos deben forzosamente, quedar comprendidos dentro de las prácticas socio-culturales del receptor. Mientras más cercanos sean a estas prácticas, las posibilidades de aceptación por el usuario serán más intensas, y será más fácil que se cubran los otros niveles.

Toda la voluntad de comunicar y todo el contexto cultural en el cual manejamos los signos no nos servirían de nada si no se ven, si no están construidos en un material que tenga duración y resistencia suficientes, si no se perciben o se ven mal, o si se pierden dentro de las estridencias visuales de un entorno en el que no destacan.

El Nivel Pragmático tiene, entre otros oficios, el de cumplir los objetivos necesarios de impacto visual dentro de las condiciones dadas de iluminación, de distancia, de contraste de color interno, de contraste con su entorno (sin perder el respeto del espacio señalizado), de contraste de fondo-figura, de angulación y otros factores propios del espacio que se va a señalizar.

Nivel sintáctico

La gramática no es otra cosa que la lógica aplicada al lenguaje; y una de las partes más importantes de la gramática es la sintaxis, a la que Stati, define como «el estudio de la conexión de los signos». Grandes estudiosos de la sintaxis, como Chomsky, Gremias, Martinet, Lepschy, Benveniste, Eco y otros no menos importantes ni menos recientes, parecen coincidir en la estrecha relación existente entre la sintaxis y significado.

La nueva sintaxis sería el estudio de los significados de los signos resultantes de las relaciones o conexiones entre los diferentes significados de cada signo, nace la sintaxis. Un pictograma debe estar en íntima relación con el marco que le contiene, ocupando un espacio que le proporcione el suficiente «aire» para ser leído con facilidad.

Relación exacta de fondo y la figura en cada pictograma de un sistema de señales, conduce a un primer plano en el Nivel Sintáctico: la apariencia, indispensable para poder darle el nombre de «sistema», de que todos y cada uno de los pictogramas pertenecen a una sola y única familia. La idea de «parentesco» entre los signos, nace del manejo de retículas similares para el trazo de cada uno.

Nivel semántico

En el siglo II de Nuestra Era, Sexto Empírico, considerado el último de los Estoicos por algunos, o el primero de los Escépticos por otros, sostiene que «una de las tres partes del signo es aquella que nosotros comprendemos con el entendimiento».

En aquel incipiente concepto del signo, había tres realidades del signo que no se podían separar:

a) El «complejo sonoro», signo propiamente dicho, o sea, lo que se practicaba, el prágmata, que en nuestro caso es la imagen, a la que podríamos llamar «complejo visual».
b) La «cosa» que está ausente, el «referente», aquello a lo que hacemos referencia.
c) Lo «designado», que equivaldría al significado o la interpretación.

Peirce en 1902 nos da la siguiente definición de signo:

«Un signo, o Represetamen, es un Primero que está en tal relación triádica genuina con un Segundo, llamado objeto, como para ser capaz de determinar a un Tercero, llamado su Interpretente, a asumir con su objeto la misma relación triádica en la que él está con el mismo objeto.

La relación triádica es genuina, vale decir, sus tres miembros están ligados entre sí de modo tal que no se trata de un complejo de relaciones diádicas«.

El significado es una posibilidad tanto de relacionar como de interpretar. De ello se deduce que el nivel semántico (significado) está intensamente ligado, en una relación triádica genuina, por otra parte, con el nivel sintáctico (relación); y por otra parte, con las prácticas culturales (nivel pragmático) del correspondiente grupo social.

La relación que establece Peirce entre el signo y el concepto es una de las bases que darán origen a la actual «ciencia de los significados» que es la semántica, que, a fin de cuentas, no es más que una rama, quizá la más importante, de la semiótica.

Fuente: Apuntes de Semiótica de la U de Londres