Polisemia del término «DISCURSO»

Contrariamente a lo que sucede en otros campos de la lingüística, el análisis del discurso tiene grandes dificultades para dominar su objeto.

Lingüistas y no lingüistas hacen del concepto de «discurso» un uso a menudo incontrolado, y mientras unos tienen de él una concepción muy restrictiva, otros hacen de él un sinónimo muy poco estricto del «texto» o de «enunciado».

En lingüística, quizá menos que en otros campos, no hay evidencias, y es necesario tener una clara conciencia de esta diversidad de empleos para no incurrir en un contrasentido.

Nosotros nos limitaremos a hacer algunas observaciones clarificadoras, sin pretender de ningún modo resolver un problema terminológico de tal magnitud.

Si consideramos los diversos usos propiamente lingüísticos de discurso, podemos mencionar:

1° Discurso 1: sinónimo del habla saussureana; este es el sentido corriente del término en la lingüística estructural.

2° Discurso 2: el discurso no está tanto referido a un sujeto sino más bien considerado como una unidad lingüística de dimensión superior a la oración (trasoracional) un mensaje tomado globalmente, un enunciado.

3° Discurso 3: en este sentido, el discurso está propiamente integrado al análisis lingüístico, ya que se considera el conjunto de las reglas de encadenamiento de las sucesiones de oraciones que componen el enunciado.

El lingüista norteamericano Zellig S. Harris fue el primero que, en 1952, propuso un procedimiento para estudiar estos encadenamientos.

4° Discurso 4: en lo que se podría llamar la «escuela francesa» de análisis del discurso, se opone enunciado y discurso en una definición que nos parece muy realista.

Fuente: Apuntes Análisis del discurso visual de la U de Londres