Procedimiento a seguir cuando se ha iniciado un incendio

Inmediatamente después de comprobar la existencia del fuego, todas las puertas contra incendios que lleven a la superficie en cuestión deberán ser cerradas, así como todas las ventanas. Se detendrán igualmente todos los sopladores, ventiladores y transportadores.

Deberá avisarse inmediatamente al departamento público contra incendios, a menos que resulte evidente que el equipo apagafuegos de primeros auxilios podrá controlar el fuego. Incluso en tal caso el personal deberá llamar al departamento público a la primera señal de cualquier duda en cuanto a la capacidad propia para dominar la situación.

La alarma contra incendios que ha de llamar a las brigadas contra incendios de la planta deberá ser puesta en acción para que aquélla entre inmediatamente en servicio. Los que combaten el fuego deberán mantener sus medios de salida claramente en su mente, colocándose entre el fuego y la salida, para evitar toda posibilidad de verse interceptados.

Por esta razón es necesario que el equipo contra fuego de primeros auxilios, particularmente las cubetas, estén colocadas de tal forma que los accesos para la salida estén libres cuando sea necesaria una rápida retirada. Al situar las cubetas contra el fuego es aconsejable que se les localice en grupos situados sobre un estante, integrados por lo menos por cinco unidades, en lugar de usarlas aisladamente por toda la planta. El agrupar las cubetas reduce la posibilidad que se pierda tiempo buscando el lugar en donde pueda encontrarse la cubeta siguiente cuando una ya está en uso.

Los fuegos en lugares polvorientos necesitan para su extinción una técnica especial. Es necesario extinguir el fuego para que los depósitos de polvo no se vean perturbados, lo que daría lugar a una nube peligrosa de finas partículas, con la posibilidad que se produzca una explosión en el polvo. (Cuanto más finas sean las partículas de polvo, mayor es la posibilidad de una explosión.)

Allí donde la posibilidad de las explosiones de polvo existan, los agentes extinguidores preferibles serán los de espuma, vapor, o neblina (agua rociada ). Estos apagadores humedecerán el polvo sin agitarlo. Cuando se trate de fuego en atmósferas polvorientas, deberá llamarse inmediatamente al departamento público de bomberos.

En todos los casos, al iniciarse un fuego deberá re tirarse con prontitud cualquier material combustible que se encuentre en las inmediaciones, humedeciéndolo a continuación. Después de haber apagado el fuego, todos los desperdicios deberán ser escrupulosamente humedecidos, pa ra asegurarse que el fuego no volverá a surgir. Si hay alguna duda acerca que tal cosa pueda ocurrir, una persona provista de un extinguidor deberá ser sitúa da cerca del lugar; por lo menos durante varias horas.

Cuando estalla un incendio en un edificio adyacente, el edificio contiguo deberá ser protegido mediante (1) el cierre de todas las ventanas que den hacia el edificio en llamas, (2) estacionando a personas con extinguidores de fuego en cada una de las ventanas próximas al incendio, y (3) estacionando trabajadores en el techo de los edificios adyacentes, con mangueras listas para humedecer el techo, y con extinguidores para apagar las cenizas ardientes que hayan podido volar.

Al proceder a apagar fuegos situados en las cercanías de equipos eléctricos necesario poner un especial cuidado. El compuesto utilizado para apagar el fuego deberá ser de un tipo que no conduzca la electricidad y ponga en peligro al que maneje el apagador. Por esta razón se recomiendan solamente los de bióxido de carbono, productos químicos secos, y líquido vaporizado. Cuando éstos no estén disponibles podrá utilizarse una bomba de pedal, si empre y cuando el agua tome la forma de un rociado muy fino, y que la salida del agua se mantenga por lo menos a cuatro pies (1.20 m) del conductor más próximo.

Fuente: Apuntes de Higiene y seguridad industrial de la Unideg.