¿Qué es el estrés?

Keith Davis lo define como: un estado de sobre excitación al que se someten las emociones, los procesos mentales y la condición física de las personas.

Recientemente se celebró en Montreux, Suiza, el VI Congreso Internacional sobre estrés, el cual arrojó datos impresionantes sobre la repercusión económica del estrés en las empresas, al declarar que «Los empresarios de todo el mundo gastan cerca de 150 000 millones de dólares al año para paliar los problemas de sus empleados directamente vinculados con el estrés, dolencia que afecta a más de la mitad de la población de los países occidentales.»

En este evento, patrocinado por el Instituto Americano del Estrés de Nueva York, se reunieron durante 4 días cerca de 100 especialistas procedentes de todo el mundo para analizar las causas y consecuencias así como los remedios de esta «agresión universal», como ellos la llamaron.

En esta reunión se informó que «el precio que pagan los empresarios por los problemas directamente vinculados con el estrés (tales como ausentismo, caída de la productividad, gastos médicos directos, sustitución de los empleados o prima de seguros) se calcula en cerca de 225 000 millones de francos suizos (150 000 millones de dólares) al año en todo el mundo», cantidad «superior a los beneficios realizados por las 500 empresas más ricas del mundo. Del total de 500 millones de días laborables perdidos cada año en Estados U nidos por razones médicas, más de la mitad lo son con motivo del estrés, ya que cerca de un millón de empleados faltan diariamente a su trabajo por afecciones vinculadas a la enfermedad».

En cierta ocasión se publicó un artículo titulado Las diez reglas que le aseguran un buen infarto, el cual, con humor, muestra las consecuencias que tiene no poder controlar esta anomalía. Este «decálogo» surgido del VII Congreso Dominicano de Cardiología, celebrado en Santo Domingo, República Dominicana, dice:

Las diez reglas que le aseguran un buen infarto:

– Primero: El trabajo ante todo y sobre todo.

– Segundo: Comience a trabajar temprano y dele duro hasta la noche, olvidándose de los sábados, domingos y días festivos.

– Tercero: Llévese trabajo a casa y aproveche el tiempo hasta altas horas de la noche.

– Cuarto: Acepte todas las invitaciones relacionadas con su negocio. Las comidas y cócteles son estratégicos para hacer buenas operaciones comerciales.

– Quinto: Fume un mínimo de dos paquetes de cigarrillos diarios.

– Sexto: Nada de paseos, cines, reuniones familiares, lecturas amenas, fines de semana que nada rinden y cuestan tiempo y dinero.

– Séptimo: Vacaciones… una moda de vagos.

– Octavo: No delegue la mínima responsabilidad: nadie puede hacer las cosas tan bien como usted.

– Noveno: Coma y beba mucho, no descanse después. Al contrario, retorne inmediatamente a su actividad usted es impostergable, ineludible e irremplazable.

– Décimo: Si viaja por negocios, hágalo siempre de noche, así no pierde el día. Al anochecer inicie el regreso y así podrá seguir trabajando a la mañana siguiente. Cumpla con el decálogo y el infarto cumplirá con usted.

Fuente: Apunte de Desarrollo Organizacional de la UNIDEG