Química de la vida elementos

El origen común de todos los seres vivos tiene uno de sus principales argumentos en la gran semejanza que presentan en cuanto a su composición química. Toda materia viva está compuesta por los mismos compuestos químicos básicos, que reciben el nombre de principios inmediatos: el agua, las sales minerales, los carbohidratos, los lípidos y los prótidos. Además, también existe una gran similitud en todas las reacciones químicas que tienen lugar en el interior de los organismos vivos.

Lo que se traduce en la presencia en todos ellos, aunque en cantidades ínfimas, de sustancias encargadas de controlar y ayudar a que se realicen esas reacciones en buenas condiciones biológicas.

Tales sustancias son compuestos orgánicos que reciben el nombre genérico de biocatalizadores y se agrupan en tres categorías: enzimas, vitaminas y hormonas.

Los elementos

La similitud química de los seres vivos empieza a nivel de los elementos que intervienen en su composición. Toda materia viva está compuesta por tres categorías de elementos en cuanto a la proporción en que éstos intervienen, que no hay que confundir con el grado de importancia biológica.

Los elementos principales son el carbono (C), el oxígeno (O), el hidrógeno (H) y el nitrógeno (N), todos ellos capaces de formar enlaces covalentes muy estables al tener facilidad para compartir electrones de sus capas externas; además, se trata de enlaces covalentes polares.

La polaridad de los compuestos los hace solubles en agua o capaces de formar emulsiones o dispersiones coloidales y es de gran importancia para comprender la estructura de las membranas biológicas y sus propiedades.

En el caso del carbono, el átomo puede formar cuatro enlaces covalentes, no sólo con otros elementos, sino también con otros átomos de carbono para formar cadenas (abiertas o cerradas) y enlaces sencillos, dobles o triples según comparta uno, dos o tres pares de electrones de valencia en su nivel externo.

El carbono es el elemento esencial de todos los compuestos orgánicos, de aquí que la química orgánica haya sido tradicionalmente llamada también química del carbono. El segundo grupo de elementos biogénicos esta formado por el fósforo (P), el calcio (Ca), el magnesio (Mg), el sodio (Na), el potasio (K), el azufre (S) y el cloro (Cl) que se hallan en menores proporciones que los anteriores pero no por ello son menos importantes.

Y lo mismo ocurre  con los oligoelementos, indispensables -aunque en cantidades ínfimas- para la vida por el papel biológico que desempeñan.

Entre los principales   componentes de este tercer grupo se hallan el hierro (Fe), que forma parte de la hemoglobina de la sangre de los vertebrados, el yodo (I), integrante de la hormona tiroxina  producida por la tiroides, el manganeso (Mn), el cobre (Cu), el cobalto (Co) y el cinc (Zn).