Regímenes cambiarios para estabilizar el mercado de divisas

En general, los bancos centrales buscan que los tipos de cambio de sus monedas sean lo más estables posible; para que se dé esta estabilidad existen tres regímenes cambiarios, que son o fueron adoptados por diversos países para estabilizar su mercado de divisas:

a) Tipo de cambio flexible:

Esta tasa de cambio está determinada por la demanda internacional y la oferta de dinero de un país y el Banco Central del país no interviene en la fijación del tipo de cambio, dejando que sea el mercado quien determine el tipo de cambio, que irá fluctuando a lo largo del tiempo.

Si el Banco Central no interviene en ningún momento se habla de flotación limpia; si lo hace ocasionalmente, de flotación sucia.

El propio tipo de cambio se encargará de ir corrigiendo el déficit o el superávit de la balanza comercial que puedan ir surgiendo.

Por ejemplo, si hay déficit quiere decir que se exporta menos de lo que se importa, luego la demanda de la moneda nacional será débil y ésta irá perdiendo valor (su tipo de cambio se deprecia).

Esto hará que las importaciones se vayan encareciendo y que las exportaciones se hagan más competitivas, tendiendo a corregir dicho déficit.

b) Tipo de cambio fijo

El Banco Central fija un determinado tipo de cambio y se encarga de defenderlo, interviniendo en el mercado comprando y vendiendo divisas, para lo cual utilizará sus reservas. Si el tipo de cambio tiende a apreciarse, venderá su moneda (compra divisas), tratando de aumentar la oferta de su moneda y evitar que el tipo de cambio aumente. Por el contrario, si el tipo de cambio tiende a devaluarse, comprará su moneda (vendiendo divisas) para tratar de fortalecer su demanda y evitar que el tipo de cambio baje.

Puede ocurrir que en la defensa de un tipo de cambio fijo el Banco Central llegue a agotar todas sus reservas, quedándose sin recursos para poder seguir defendiéndolo, por lo que se verá obligado a dejar que fluctúe libremente.

c) Régimen de banda cambiaría

Éste se da por la combinación de los dos anteriores. El Banco Central puede establecer unas bandas dentro de las cuales dejará que su moneda fluctúe libremente, pero si en algún momento el tipo de cambio se acerca peligrosamente a los límites establecidos intervendrá para evitar que se salga fuera de las bandas establecidas.

En otras palabras, cuando la moneda se está empezando a debilitar, pero no se quiere obtener una inestabilidad y tampoco se desea tomar de las reservas, se opta por determinar la trayectoria del tipo de cambio, en donde se fija la depreciación máxima de la moneda (límite superior de la banda) y también la tasa mínima de depreciación (límite inferior).

Dentro de la banda cambiaria, el tipo de cambio fluctúa libremente en función de la oferta y demanda de divisas; cuando este tipo de cambio llega a alcanzar algún limite de la banda el Banco Central interviene comprando o vendiendo divisas.

Fuente: Apuntes de Macroeconomía de la FCA de la UNAM