Sensación

La sensación es la respuesta inmediata y directa de los órganos sensoriales a los estímulos simples (u anuncio, un empaque, una marca). La sensibilidad humana se refiere a la experiencia de la sensación.

La sensibilidad a los estímulos varía de acuerdo con la calidad de los receptores sensoriales de un individuo (es decir, agudeza visual o auditiva) y el volumen o intensidad del estímulo al cual se expone.

Por ejemplo, un ciego puede haber desarrollado el sentido del oído más agudo que el promedio de las personas que disfrutan de vista, y puede llegar a escuchar sonidos que están fuera del alcance del promedio de las personas.

La sensación misma depende del cambio o diferenciación de energía del estímulo. Un ambiente totalmente suave o invariable independiente de la fuerza del estímulo sensorial proporciona poca o ninguna sensación.

Así, una persona que vive en una calle muy transitada en el centro de Manhattan, probablemente registren poca o ninguna sensación proveniente de estímulos tan ruidosos como las bocinas de los autos, el rechinado de llantas, las sirenas de los bomberos, dado que tales estímulos son hechos comunes en la ciudad de Nueva York.

Jamás notaría que suena una bocina más o menos. En situaciones en que hay gran cantidad de estímulos de ingreso, los sentidos no detectan las intensidades o diferencias pequeñas.

No obstante, cuando se reduce el ingreso de un estímulo sensorial, cambia nuestra capacidad de detectar cambios en el incremento del ingreso o de la intensidad, hasta el punto en que alcanzamos nuestra máxima sensibilidad en condiciones de estímulo mínimo. Esto es lo que explica la frase, «Estaba todo tan quieto que podía escuchar la caída de un alfiler».

Esto también es lo que explica la mayor atención que se presta a un comercial único que se presenta durante la pausa de un programa, o a un anuncio en blanco y negro que aparece en una revista plagada de anuncios multicolores.

Esta capacidad del organismo humano para acomodarse a diversos niveles de sensibilidad a medida que cambian las condiciones externas, no sólo proporciona más sensibilidad cuando se requiere, sino que también sirve para protegernos del dañino, interruptor e irrelevante bombardeo cuando el nivel de ingreso es alto.

Fuente: Apunte de la materia Psicología del Consumidor de la Unideg