Sexualidad en la pubertad y adolescencia

El paso de la infancia a la adolescencia viene marcado por una serie de cambios importantes que constituyen la pubertad. Durante la pubertad se completa el proceso de diferenciación sexual que se inició en el momento de la fecundación. Suele ocurrir entre los 8 y 13 años en el caso de las niñas, y entre los 9 y los 14 en los niños. Se trata, pues, de un período de tiempo que puede durar varios años, durante el cual, por un mecanismo aún desconocido, se ponen en marcha los acontecimientos que pondrán fin al desarrollo del sistema reproductor.

La adolescencia es un concepto más amplio, que no se limita a los cambios fisiológicos de la pubertad, sino que comprende el proceso de maduración a todos los niveles, tanto fisiológicos como psicológicos.

Aunque los limites de la adolescencia son extraordinariamente variables en función de las características de cada individuo, se suele aceptar que abarca desde los 12 hasta los 20 años, edad en que se entra en el estado adulto.

Al inicio de la pubertad, una zona concreta del cerebro, llamada hipotálamo, envía órdenes a la hipófisis para que ésta segregue dos sustancias llamadas gonadotropinas cuya misión es estimular la producción de hormonas sexuales en los ovarios y en los testículos. Estas dos gonadotropinas sonla FSHu hormona estimuladora de los folículos yla LHu hormona luteinizante.

En las muchachas, los ovarios segregan los estrógenos, que son las hormonas que podríamos llamar feminizantes y la progesterona cuya misión principal es la de preparar el útero para el embarazo. También existen en las mujeres, pequeñas cantidades de andrógenos procedentes del ovario y de la corteza suprarrenal.

En el caso de los muchachos, los testículos segregan gran cantidad de andrógenos, especialmente testosterona y también estrógenos, en pequeña proporción. Aunque en menor cantidad, la corteza suprarrenal también segrega andrógenos y probablemente estrógenos.

El desarrollo de los órganos sexuales secundarios que tiene lugar en la pubertad se debe a los estrógenos, en el caso de la chica, y a los andrógenos, en el caso del chico. Los caracteres sexuales secundarios en la chica son los siguientes: desarrollo de las mamas, el útero y la vagina, ensanchamiento de las caderas, creación de depósitos de grasa en mamas y nalgas, aumento de la secreción vaginal y aparición de la primera regla o menarquia.

Asimismo se observa un crecimiento del vello en el pubis y las axilas. En los países industrializados, durante las últimas décadas, se esta asistiendo a un adelanto en la edad de presentación de la menarquia.

En los chicos, estos caracteres sexuales secundarios son: aumento de la masa muscular y crecimiento del vello pubiano y axilar, inicio del crecimiento de la barba, engrosamiento del pene y del escroto y maduración de los órganos sexuales internos; la voz, por su parte, se hace más grave y es posible la aparición de acne.

Empiezan a producirse las primeras eyaculaciones, a menudo en forma de poluciones nocturnas, que pueden ir acompañadas de sueños eróticos o ser simplemente una forma de descarga de la tensión sexual acumulada durante el día.

Por paradójico que parezca, frecuentemente estos cambios tan importantes sobrevienen sin que el muchacho o la muchacha hayan sido bien informados sobre ellos. Lo más corriente es que tengan algunas ideas inexactas recogidas al azar y que pueden crearles todavía más confusión.

El adolescente no solamente debe adaptarse a su nueva imagen corporal sino que además tiene que enfrentarse a unos sentimientos sexuales que ahora va a adquirir a mayor intensidad; deberá decidir si tiene o no relaciones sexuales, tendrá que descubrir la diferencia entre el sexo y el amor, en definitiva, deberá aprender cuál es su papel sexual.