Sistemas expertos

Los sistemas expertos se basan en la simulación del razonamiento humano. El razonamiento humano tiene, para ellos, un doble interés: por una parte, el del análisis del razonamiento que seguiría un experto humano en la materia a fin de poder codificarlo mediante el empleo de un determinado lenguaje informático; por otra, la síntesis artificial, de tipo mecánico, de los razonamientos de manera que éstos sean semejantes a los empleados por el experto humano en la resolución de la cuestión planteada.

Estos dos campos de interés han conducido a los investigadores que trabajan en el campo de la inteligencia artificial (dela cual los sistemas expertos son un campo preferente) a intentar establecer una metodología que permita verificar el intercambio con los   y aislar los diversos tipos de razonamiento existentes (inductivo, deductivo, formal, etc), así como construir los elementos necesarios para modelizarlos. De todos modos, este campo es muy reciente y, hasta el momento, no se ha logrado obtener un modelo aceptado de forma global.

Los sistemas expertos son, por lo tanto intermediarios entre el experto humano, que transmite sus conocimientos al sistema, y el usuario de dicho sistema, que lo emplea para resolver los problemas que se le plantean con la competencia de un especialista en la materia y que, además, puede adquirir una destreza semejante a la del experto gracias a la observación del modo de actuar de la máquina. Los sistemas expertos son, pues, simultáneamente, un sistema de ejecución y un sistema de transmisión del conocimiento.

Asimismo, los sistemas expertos se definen mediante su arquitectura; obtienen, por lo tanto, una realidad palpable. Mientras que en las operaciones de programación clásicas se diferencia únicamente entre el propio programa y los datos, en el caso de los sistemas expertos se diferencian tres componentes principales.

Son los siguientes: base de conocimientos, base de hechos y motor de inferencia.