Temperatura física

Para medir lo frío o caliente que está un cuerpo se emplea la temperatura. La temperatura de un cuerpo nos dice, además, en qué dirección se desplazará el calor al poner en contacto dos cuerpos cuyas temperaturas sean distintas, ya que el calor pasa siempre al cuerpo cuya temperatura es superior al que tiene la temperatura mas baja, y el proceso continúa hacia que las temperaturas de ambos queden igualadas.

La temperatura se expresa mediante las llamadas escalas de temperatura o escalas termométricas. De las diversas existentes (Celsio, Fahrenheit, Réaumur, Kelvin), la que se emplea en física es ésta ultima.

La escala Kelvin o absoluta esta fijada por dos valores concretos de la temperatura para los que se producen dos efectos muy determinados.

El inferior es el llamado cero absoluto, y corresponde a aquella temperatura en la que una molécula tiene una energía térmica nula. El vapor superior corresponde a la temperatura del punto triple del agua, aquélla en la que pueden coexistit los estados sólido (hielo), liquido y gaseoso (vapor de agua) de ésta, a la que se ha asignado el valor 273,16.

La escala esta además dividida en un cierto numero de intervalos que reciben el nombre de grados Kelvin (K). De este modo, el valor superior corresponde a 273,16 «K, mientras que el inferior es de O ’K.

Las demás escalas de temperaturas se emplean en la vida cotidiana por su comodidad para expresar las temperaturas usuales. Así, por ejemplo, la escala centígrada o Celsius es aquélla en la que el punto triple del agua corresponde a 0,01 ‘C, y el cero absoluto a – 273,15 ‘C.

La determinación de las temperaturas es la función que cumplen los termómetros, cuyos tipos dependen de la escala de temperaturas que se Pretende medir y de la precisión requerida para dicha medida.

Sin embargo, todos ellos aprovechan alguna propiedad termométrica de la sustancia o material empleado en su construcción (modificación de la iongitud, cambio de presión, etc.).

Entre ellos cabe mencionar, por ejemplo, el termómetro de gas a volumen constante (que es extremadamente preciso y puede aplicarse entre -270 y 1,500 °C, si bien su empleo es algo engorroso, por lo que se reserva para operaciones de calibración), el de resistencia de platino (formado por una espiral de dicho metal y que, si bien es preciso en la gama de temperaturas que va de los -260 a los 630 °C,  tiene una reacción lenta), el termopar (formado por dos metales diferentes unidos y cuya tensión varia en función de la temperatura, siendo su precisión especialmente alta en la gama de -630 a 1.000 «C) o el pirómetro (que se emplea para la medición de temperaturas extremadamente altas en los casos en los que el empleo de los termómetros convencionales es imposible.

Compara la radiación del objeto incandescente a medir con la de un filamento calibrado y permite la determinación de temperaturas superiores a los 1.400 °C).

Sin embargo, los más conocidos son, con toda seguridad, los formados por un líquido encerrado en un capilar, como por ejemplo los familiares termómetros de mercurio para medir la fiebre de las personas, o los de alcohol para determinar las temperaturas de las habitaciones.

Si bien no son extremadamente precisos, presentan ventajas tales como su economía, la facilidad de transportarlos y que son capaces de indicar el margen de temperaturas que se presentan en los casos a los que se aplican.