Antonio López de Santa Ana

Militar, político y presidente mexicano nacido en Jalapa, Veracruz, el 21 de febrero de 1794. Hijo de españoles peninsulares, tuvo una educación esmerada. Ingresó al ejército realista en 1810 como cadete de infantería y llegó a ser capitán. En 1821 apoyó a Agustí de Iturbide y dos años más tarde, ayudó a derrocarlo. En las elecciones de 1828 apoyó a Vicente Guerrero, quien asumió la presidencia de México en 1829.

Siendo jefe del ejército, ese año impidió una invasión española. Desde entonces se hizo llamar “El héroe de Tampico”, por ser ése el puerto donde ocurrió la batalla.

Llegó a la presidencia por primera vez en 1833 y permaneció en el poder hasta 1836, pues marchó a sofocar una rebelión en Texas, donde fue hecho prisionero.  Lo enviaron a México en 1838, año en que participó en la “Guerra de los Pasteles”.

En 1839 asumió el poder en ausencia del presidente. En 1841 llegó a la presidencia debido a un golpe de Estado, pero fue enviado al exilio en 1845.

En 1853 asumió una vez más la presidencia a petición de los conservadores. Se autonombró dictador vitalicio y se hizo llamar “su alteza Serenísima”. Para obtener recursos, vendió La Mesilla a Estados Unidos.  Propició el regreso de los jesuitas estableció impuestos sobre la posesión de perros domésticos y su último exilio en 1855 y regresó en 1867.

Ciego y en la miseria, murió en la Ciudad de México el 21 de junio de 1876.