Calibración del monitor

Los monitores de color convierten los valores digitales RG B en señales análogas que controlan la intensidad de los fósforos del rojo, verde y azul, por lo que cada combinación RGB de luz que emana de cada píxel en la pantalla produce una sensación de color.

La mayoría de los monitores de color permiten al usuario controlar la intensidad y el contraste ajustándolo a través de las perillas o botones del monitor. Sin embargo, sólo unos pocos tienen juegos estándar de fósforos que sean de uso común hoy en día, ya que cada monitor efectúa la conversión digital a análogo de manera diferente.

Si vemos la misma imagen a color desplegada en dos monitores diferentes, la imagen se verá distinta. Los programas de manejo y control de color hacen posible la caracterización de los monitores, de modo que los colores que desplieguen se remitan al espacio de color de referencia y, por lo tanto, usando la información generada, el monitor desplegará el color de manera objetiva, predecible y repetible.

Sin usar esta posibilidad, no habría modo de emplear el monitor como una poderosa herramienta de comunicación de color.

Un monitor debidamente calibrado y caracterizado le permite al usuario usarlo como soft Prof., es decir, que puede servir como prueba de color para autorizaciones sin tener que imprimir una prueba en papel u otro material.

Fuente: Materia de Preprensa Digital de la Universidad de Londres