El signo según Peirce

Uno de los puntos mas destacados de la semiótica de Peirce es su peculiar concepción del signo. Las reflexiones que hace al respecto son bastantes complejas.

Peirce aplica el signo a la tríada lógica que ya había utilizado para indagar el resto de la realidad.

Los tres componentes del signo

La función del signo consiste en ser «algo que está en lugar de otra cosa bajo algún aspecto o capacidad». El signo es una representación por la cual alguien puede mentalmente remitirse a un objeto. En este proceso se hacen presentes tres elementos formales de la tríada a modo de soportes y relacionados entre sí.

– El representamen. Es la representación de algo, o sea, es el signo como elemento inicial de toda semiosis. El representamen es simplemente el signo en sí mismo, tomado formalmente en un proceso concreto de semiosis, pero no debemos considerarlo un objeto, sino una realidad teórica y mental.

– El interpretante. Es lo que produce el representamen en la mente de la persona. En el fondo es la idea del representamen, o sea, del signo mismo.

Peirce dice que «un signo es un representamen que tiene un interpretante mental«. La noción de interpretante, según Peirce, encuadra perfectamente con la actividad mental del ser humano, donde todo pensamiento no es sino la representación de otro: «el significado de una representación no puede ser sino otra representación»

– El objeto. Es aquello a lo que alude el representamen y – dice Peirce – «Este signo esta en lugar de algo: su objeto». Debemos entonces, entender por objeto la denotación formal del signo en relación con los otros componentes del mismo.

La tríada del signo se puede graficar con un triangulo.

Fuente: Apuntes de Semiótica de la U de Londres