Expansión comercial en el siglo XV de europa

Europa en el siglo XII había alcanzado su plenitud político-social por varias razones importantes: El cristianismo se había convertido en la religión dominante y el papado había adquirido una autoridad suprema sobre los monarcas y los poderosos señores feudales; loque implicaba ya una cierta hegemonía de la Europa occidental. Las cruzadas habían traído como consecuencia el desarrollo del comercio.

Hay que recordar que éste jugaba en Europa un papel importante, en contra de los lineamientos generales del feudalismo. A partir del siglo XI parecen darse en Europa los primeros pasos hacia un renacimiento económico basado fundamentalmente en la navegabilidad de dos de los grandes mares europeos: el mar Mediterráneo y el mar del Norte.

El Islam, después de cuatro siglos de dominio, pierde fuerza ante la presión cristiana y Europa vuelve a convertir el Mediterráneo en una parte esencial de su dominio en un mar de la cristiandad.

El comercio y la economía monetaria hicieron que creciera la importancia de las ciudades.

La Liga Hansiática transporta granos, madera, vinos, carne y sal. Se ha logrado de esta manera, transformar también el sentido del comercio: red de contactos cada vez más estrechos que cambia, como cambian las mercancías que transportan: a las mercancías de lujo como las porcelanas, las especies, la orfebrería o la seda se suceden otro tipo de mercancías básicas ya para el habitante europeo oriental y el asiático: paños de lana, aceite de ballena y de olivo, cobre, estaño, cereales, sal, maderas.

La Liga Hansiática llegó a ser tan poderosa que dominaba completamente el tráfico mercantil en los mares Báltico y del Norte a fines del siglo XIV. Las ciudades que la integraban, se habían independizado ya del poder feudal y eran ciudades libres que representaban a la mayoría de los pueblos importantes desde Flandes (región que abarcaba parte de Francia y Holanda, y la actual Bélgica) hasta Lituania.

consecuencias de la existencia de ligas como la Hansiática son evidentes:

– Fundaron nuevos centros comerciales.
– Establecieron un sistema uniforme de pesas y medidas.
– Favorecieron, con la construcción de caminos y canales para introducir su comercio, el desarrollo de la agricultura y de la incipiente industria.

Algunos burgos o ciudades amuralladas adquieren importancia como centros urbanos donde se concentran grandes volúmenes de mercancías y complejos sistemas comerciales; para el siglo XV, Venecia y Genova (en Italia), Marsella (en Francia), Barcelona y Málaga (en España) ocupan un lugar privilegiado en la red comercial europea como puente fundamental entre Europa occidental y el Oriente, convirtiéndose en las ciudades más opulentas y cosmopolitas de su tiempo.

La fisonomía de las ciudades se transforma también: ya no son solamente centros artesanales donde conviven, junto con los artesanos, los comerciantes y los incipientes banqueros.

Ahora, las ciudades ya son centros de actividades comerciales, administrativas; ya empiezan los tribunales, las universidades… para el siglo XIV, hay más de cien ciudades europeas con más de veinte mil habitantes.

Junto a los trabajadores agrupados en sociedades profesionales, los famosos gremios, empiezan a surgir otros trabajadores que evidencian la nueva fisonomía de las ciudades: los enterradores, los barrenderos, los deshollinadores, los ovejeros, verdugos y hasta prestidigitadores forman parte de un grupo trabajador llamado despectivamente: «trabajadores sin honor». Estos personajes son despreciados por los gremios.

El tráfico de dinero que durante el feudalismo se había reducido fuertemente se empieza a adoptar, a partir del siglo XIII, por el auge del comercio y el crecimiento de las ciudades, una forma más amplia y compleja.

Un comercio intenso requiere de la disposición de dinero. La acuñación de monedas es impulsada por las ciudades portuarias italianas; nuevas monedas como el «gulden» florentino, el «solidus» francés.

Al principio, el dinero en metálico fundamentalmente en oro, tuvo un gran poder adquisitivo; pero en la medida en que era riesgoso realizar largos viajes, llevando consigo monedas, se introdujo la costumbre de depositar dinero con los principales banqueros y hacer que éstos extendieran un resguardo que se podía canjear en cualquier momento.

En el siglo XIV, los mercaderes florentinos y venecianos desarrollan prácticas y técnicas más avanzadas de comercio y crédito. Los préstamos sin interés, que habían aparecido en este mismo siglo, se hacen más raros y solamente limitados a personalidades muy poderosas ante quienes los banqueros y prestamistas estaban obligados. Los intereses por los préstamos son cada vez mayores, y para asegurar el préstamo, el acreedor solicita en garantía propiedades, rentas, ingresos.

Consecuencias de la acelerada actividad comercial:

– El desarrollo de ferias anuales y exposiciones en ciudades estratégicas ubicadas en los márgenes del Mediterráneo, en el centro y en el norte de Europa.
– La actividad creciente de casas de crédito y bancos, lo que permitía el intercambio de numerosas mercancías y de transacciones comerciales importantes.
– Por último, el crecimiento de las ciudades y el aumento de la población hasta convertirse algunas de ellas en repúblicas independientes en su administración y gobierno.

Esta actividad comercial sufrirá una crisis importante en el siglo XV, principalmente por dos factores fundamentales:

1. La instauración de la dinastía Ming en China que, con gran celo nacionalista, cierra sus fronteras y el contacto con el exterior.
2. El poderío de Turquía que invade Asia menor y toma la ciudad de Constantinopla en el año de 1453.