Explotación humana

Cuando en una sucesión desaparecen las etapas de madurez, se dice que se ha producido un rejuvenecimiento. La acción humana rebasa los límites de adaptabilidad de los ecosistemas, desequilibra los existentes, destruye e invierte la sucesión ecológica. Al aniquilar la fauna y bosques, mediante talas o incendios y eliminando la formación más densa, altera el desarrollo normal de una sucesión y favorece a las especies pioneras en detrimento del clímax.

El hombre es principal competidor de los otros organismos vivos para los recursos tróficos y de espacio.

Sus residuos de todo tipo superan la capacidad de autolimpieza de la naturaleza. La explotación humana es la regresión de los ecosistemas terrestres y acuáticos (desaparición de bosques, desecación de humedales, etc.), la inversión de sucesiones y extinción de especies vivas.

Laboratorios naturales

El proceso de las dunas permite saber cual es el modelo de colonización, en ese medio el entorno es un factor determinante, pues la invasión y de la duna amplía o prolonga el ecosistema. La naturaleza nos permite contemplar cómo se inicia la colonización de un   medio nuevo, carente de todo tipo de vida.

El 14 de noviembre de 1963, en las costas de Islandia surgió una isla por una erupción volcánica submarina. La pequeña isla logró configurarse y asentarse de manera estable, recibiendo el nombre de Surtsey.

Cuando la lava se secó y enfrió, los biólogos contemplaron la llegada de la vida paso a paso en las rocas recién formadas. El proceso continúa, pues el tiempo aun es corto y en latitudes muy septentrionales la vida se desarrolla con menor empuje que en regiones más cálidas.