Las relaciones públicas en una campaña publicitaria

Desarrollar estrategias, diseñar anuncios, preparar los mensajes escritos y comprar tiempo o espacio para su presentación son las tareas principales de los publicistas.

Si creamos una estrategia integral para la comunicación masiva, la publicidad y las relaciones públicas deberán ser complementarias.

Por desgracia, en muchas compañías con frecuencia siguen siendo funciones separadas. Esto se debe en parte a la tradición y por otro lado las diferencias en las funciones.

Respecto de éstas últimas, las relaciones públicas se han separado físicamente de la publicidad. Esta separación es resultado de la naturaleza del trabajo que desempeñan las relaciones públicas, así como las personas que trabajan en éstas.

Con frecuencia, las relaciones públicas se consider an un lujo que recibe poco respeto por parte del resto de la organización.

Ya que no se considera un generador directo de utilidades y es difícil verificar sus logros, los individuos que trabajan en la publicidad se muestran renuentes a incorporar las relaciones públicas en su planeación.

Como consecuencia, los individuos que trabajan en relaciones públicas casi nunca están dispuestos a trabajar con otros fu era de su área.

Las personas que trabajan en relaciones públicas por lo regular reciben una capacitación como escritores, con pocos antecedentes en mercadotecnia o publicidad.

Las relaciones públicas y la publicidad también se diferencian en la forma en que se realizan ciertas tareas.

En específico, difieren en la manera en que emplean los medios, el nivel de control que tienen sobre la transmisión de mensajes y su credibilidad percibida.