Grecia

Grecia, país situado en el sureste de Europa. Ocupa la parte más meridional de la península de los Balcanes y comprende numerosas islas. Limita, al noroeste, con Albania; al norte, con la Ex-República Yugoslava de Macedonia y con Bulgaria; al noreste, con Turquía; al este, con el mar Egeo; al sur, con el mar Mediterráneo y, al oeste, con el mar Jónico. Su superficie total es de 131.957 km², de los cuales aproximadamente una quinta parte corresponden a las islas de los mares Egeo y Jónico.

Atenas (Athenai) es su capital y la mayor ciudad. Las civilizaciones cretense, micénica y troyana constituyeron los antecedentes de la civilización griega.

En el II milenio a. C., mientras en Mesopotamia y Egipto se desarrollaban poderosos Estados, en una isla del mar Egeo, florecía la civilización cretense. Ésta se desarrolló en la Isla de Creta y alcanzó un gran esplendor. Muestra de lo anterior son los palacios de Knossos y Festos. Los cretenses conocieron la escritura ideográfica (que no ha podido ser descifrada), desarrollaron la agricultura y fueron hábiles navegantes y comerciantes.

Sus palacios, con amplias habitaciones y patios, disponían de buenos sistemas de drenaje y agua potable. En sus pinturas al fresco y en su cerámica quedan vestigios de un arte lleno de colorido. En cuanto a su pensamiento religioso, adoraban a la Diosa Madre.

Se cree que fue por gente procedente de Grecia. Tras la decadencia de Creta, las ciudades de Micenas y Troya (esta última destruida por los aqueos hacia 1250 a. C.) conocieron una época de esplendor.

La península griega los primeros grupos indoeuropeos. Éstos dieron origen a la civilización micénica (llamada así porque la ciudad de Micenas fue su centro más rico y poderoso). Surgieron en el Peloponeso. Éstos construyeron ciudades amuralladas, entre las que destacan Micenas y Trinto.

Primeros siglos de Grecia

Hacia el 1200 a. C., varios grupos indoeuropeos (dorios y jónicos) llegaron a establecerse en la península, así como en las islas del mar Egeo.

Siglos VIII al V a. C.
Dos acontecimientos importantes se produjeron durante estos tres siglos:

La colonización griega en las costas del mar Mediterráneo y en las del mar Muerto. Las causas de dicha colonización fueron por la búsqueda de nuevas tierras para el cultivo, que les proporcionaran alimento y materias primas; por el aumento en la densidad de población; y por la inconformidad de la población ante la repartición desigual de la riqueza (la clase aristocrática tenía acaparada la mayor parte de las tierras cultivables).

– El segundo acontecimiento se refiere a la gestación de una nueva forma de gobierno: la democracia. Entre los siglos XI al VIll a. C., las ciudades-Estado griegas estuvieron gobernadas por una monarquía hereditaria. En un principio, el rey o Basileus ejercía el poder; el Consejo o Areópago, formado por miembros de la clase aristócrata o terrateniente (eupátridas), colaboraban con él en las tareas del gobierno. Más tarde se nombraron magistrados (arcontes), representantes de los eupátridas, quienes asumieron un mayor número de funciones, restando poder al rey.

Este conflicto produjo una lucha política que llevó a la instauración de la democracia, en un largo proceso en el que jugaron un papel importante los legisladores y los tiranos.

En Atenas la democracia se caracterizó porque todos los habitantes que cumplieran con los requisitos necesarios para adquirir la ciudadanía podían participar en los asuntos públicos de la polis. De esta manera obtuvieron el derecho de elegir a sus gobernantes.