Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red eléctrica

Hace ya años que se realizaron las primeras experiencias en sistemas fotovoltaicos que suministraban la energía producida directamente a la red eléctrica convencional, evitándose así el uso de baterías de acumuladores, cuyo coste tiene gran repercusión en el precio final del conjunto.

Una instalación conectada a la red eléctrica convencional está formada por el conjunto de módulos fotovoltaicos y un inversor capaz de convertir la corriente continua del grupo solar en corriente alterna, inyectándola en la misma frecuencia y fase que la existente en cada momento en la red de distribución.

Grupo fotovoltaico

Inicialmente, estos sistemas conectados a red se diseñaron y calcularon para el montaje de centrales fotovoltaicas.

Después de observar que las centrales fotovoltaicas funcionaban correctamente, y en la medida que se avanzó en la electrónica de potencia que integra los inversores, no se tardó en pensar que estos sistemas podrían ser realizados a potencias menores, con el fin de ser empleados en pequeñas centrales domésticas adaptables a viviendas dotadas de acometida convencional de electricidad.

Este tipo de instalaciones, desde un punto de vista de macro-escala, podría en un futuro resolver en algunas zonas ciertos problemas existentes en la generación y distribución de energía eléctrica convencional.

Vista de macro-escala

Al no ser las conexiones a red fotovoltaicas amortizables a corto plazo, los sistemas de incentivos ofrecidos por los gobiernos son variados, desde la subvención directa a fondo perdido hasta el pago de una prima por kWh producido, pasando por sistemas mixtos, financiación a bajo interés, desgravaciones fiscales, etc., definitiva, una serie de medidas dirigidas a potenciar el uso de sistemas conectados a red desde la perspectiva del ciudadano corriente.

En el caso de Europa y a raíz de los acuerdos de la cumbre de Kyoto, los países miembros se comprometieron a que el 12% de la energía primaria fuera de origen renovable en 2010, que en el caso de la fotovoltaica significaría una cuota de aproximadamente 3000 MWp instalados a finales de dicho año.

Parece lógico, desde el punto de vista técnico, que las conexiones a red distribuidas sean mucho más interesantes que las centrales: se evitan las pérdidas por transporte de la energía generada y, la energía de origen solar es producida allí donde es consumida. Además, no ocupa espacio extra, ya que generalmente las instalaciones se situarán en los tejados de las.

Fuente: Guía técnica de aplicación para instalaciones de energías renovables del Gobierno de Canarias