La historia de la ciencia en México

Elí de Gortari en su libro: La historia de la ciencia en México describe a través de los periodos históricos cómo ha sido la evolución de la ciencia en nuestro país. Por ello acota: Somos los primeros en reconocer las muchas omisiones y los errores que seguramente adolece esta obra… (…) Porque lo decisivo para darla a la estampa ha sido, justamente, la convicción de la importancia que tiene ofrecer un panorama sobre la historia mexicana de la ciencia

Así, la obra de Elí de Gortari se divide en doce capítulos: en los primeros tres, describe el pensamiento científico de los indígenas, sus conocimientos sobre astronomía, numeración vigesimal, botánica, zoología, medicina y farmacopea, principalmente.

Del cuarto al séptimo se destaca el contexto de los conocimientos científicos en el siglo XIII. Describe cómo es la ciencia española y cómo se da el contacto entre los conocimientos españoles y los indígenas. Asimismo, el autor escribe cómo esto permite que se desarrolle la ciencia novohispana y se integren ambos tipos de conocimientos en la conformación de las carreras universitarias.

“El oscurantismo del ambiente intelectual de España era particularmente denso en torno a las ciencias naturales, consideradas como peligrosas, inútiles y perniciosas. Sólo se tenían como aceptables la teología, la escolástica, la moral y la expositiva”, incluso en las disciplinas más prácticas como la medicina. (…)

Las matemáticas superiores no se conocían ni de oídas en las universidades españolas, incluyendo la de Salamanca y, cuando dichas instituciones fueron exhortadas por Carlos III a preocuparse por las ciencias, la universidad de Salamanca contestó patentemente: “Nada enseña Newton para hacer buenos lógicos o metafísicos. Naturalmente se seguía enseñando el sistema de Ptolomeo y se criticaba el de Copérnico.

En la Nueva España esa situación se reflejaba de manera aguda. En la Universidad de México seguía dominando la escolástica y las enseñanzas se basan en el aprendizaje memorístico de los textos de las autoridades reconocidas, hasta que Benito Jerónimo Feijóo escribió una serie de críticas acerca del estado crítico en el que se encontraba la enseñanza de las ciencias, lo que influyó en la cultura médica en España.

Pero la mayor importancia de su obra radica en la lucha tenaz y decidida que llevó a cabo a favor de la introducción de la ciencia moderna combatiendo al mismo tiempo los errores y supersticiones prevalecientes.

También fue el principal promotor de las academias científicas españolas, debiéndose a su actividad el auge que tuvo la Sociedad Regia de Medicina de Sevilla y la Academia de Medicina de Madrid fue establecida en 1733 en buena parte bajo su inspiración. (…) Por otra parte, Feijóo influyó igualmente en el movimiento llevado a cabo por las Sociedades Económicas Amigos del País, coadyuvando a la conformación en el ambiente en el que se conformaron.

Las inquietudes surgidas en la metrópoli se reflejaron muy pronto en las colonias americanas y junto con las obras de Feijóo, empezaron a llegar los libros de casi todos los modernos. Los impresos prohibidos eran pasados de contrabando por las aduanas, mientras que las obras permitidas por la censura eran arregladas para facilitar su divulgación y los libros prohibidos eran publicados con títulos falsos y autores supuestos.

La propagación de estas publicaciones se vio favorecida por el funcionamiento de las imprentas que se establecieron en la ciudad de México, en Puebla desde 1640; en Oaxaca desde 1720, en Guadalajara en 1792 y en Veracruz en 1794.

Uno de los acontecimientos más relevantes del siglo XVIII fue la expedición científica enviada por disposición de Carlos III “para explorar la parte de América Septentrional sujeta al dominio de España y propagar en México el estudio de las plantas y sus aplicaciones.” Ésta permitió la fundación del Jardín Botánico y la cátedra de botánica.

Alejandro de Humboldt escribió acerca de los conocimientos y de la ciencia que se desarrollaba en 1803. Cuando llegó a la ciudad de México recogió muchos datos acerca de los aspectos geográficos, geodésicos, mismos que sirvieron para impartir cátedra en el Colegio de Minería.

En lo que se refiere a las culturas indígenas de México, afirmó que el arte mexicano es una expresión de las culturas indígenas y contribuyó para que la representación de la Coatlicue fuera desenterrada. De ahí que se pudiera observar y analizar con detenimiento la visión del mundo que ahí se encuentra esculpida.

Asimismo la visión de Humboldt, expuesta en el Ensayo político, contribuyó a fortalecer la conciencia nacional en los ámbitos: político, económico, social y cultural y que además sirvió como incitador al movimiento de independencia.

Fuente: Teoría del conocimiento de la facultad de contaduría y administración, UNAM.