Mola hidatiforme o embarazo molar

Es la degeneración o crecimiento anómalo benigno del tejido trofoblástico, de las vellosidades coriónicas (neoplasia benigna del corion).

Normalmente se produce embarazo molar sin embrión (ya que no se establece la circulación
úteroplacentaria), pero a veces conviven un desarrollo de la placenta degenerada y el embrión muerto calcificado.

En un corte del útero se ve cómo las vellosidades coriónicas se transforman en vesículas llenas de líquido viscoso claro que se asemejan a racimos de uvas. Este embarazo no progresa más de 18 semanas.

Manifestaciones clínicas

1. Aumento del tamaño del útero, a una velocidad mayor que lo que corresponde para la edad gestacional. La consistencia es blanda.
2. Pérdida hemática variable, desde escasa hemorragia vaginal a grandes hemorragias (sangre roja y expulsión de vesículas).
3. No se aprecian movimientos fetales en ecografía.
4. Frecuencia cardiaca fetal negativa.

Y además puede haber otros signos y síntomas asociados:

5. Hiperemesis (vómitos exagerados).
6. Preeclampsia (hipertensión).

La etiología exacta no se conoce, la incidencia es de uno de cada 1500 embarazos. La mola es la forma benigna y mas frecuente de la enfermedad trofoblástica.

Sin embargo dependiendo del estado de proliferación del epitelio, la mola puede ser maligna: es cáncer de corion o coriocarcinoma.

Se asocia a factores como falta de proteínas en la dieta, malnutrición, uso de citrato de clomifeno (inductor de la ovulación) y a alteraciones cromosómicas sobre todo en el hombre, ya que cuando se estudia esta mola sólo aparece el cromosoma del varón, no aparece el femenino.

Diagnóstico de mola

1. Ecografía
2. Mediciones de HCG. Está aumentada, si en embarazo normal es 300.000 UI, en mola es 1.000.000 UI.

La HCG normalmente sólo está aumentada en embarazo gemelar o múltiple.

Tratamiento obstétrico y atención de enfermería

1. Evacuación del útero (histerectomía o legrado con aspiración). Ecográficamente se ve una imagen “en nevada”.
2. Estudio histológico de las vesículas (para detectar cáncer).
3. Control en los 2 años siguientes (esto es lo más importante).

Seguimiento y control

1. Valoraciones periódicas de los niveles de HCG. Si no desciende en pocos meses se sospecha coriocarcinoma.
2. Radiografías de tórax para indagar la existencia de metástasis.
3. Controles ginecológicos.
4. Método contraceptivo eficaz, tipo píldora combinada que evite otro embarazo igual. No obstante, debemos tener en cuenta que la píldora combinada mantiene la HCG a niveles elevados.
5. Quimioterapia, si es necesaria (si hay cáncer) tras la evacuación de la mola.
6. Apoyo emocional.

Fuente: Apuntes y notas de enfermería materno infantil del Conalep