Pensadores de la Semiótica

Hoy la sociedad de la cultura mediática, nos sumerge en el mundo de los signos, y en su compañía trabajamos, modificamos costumbres, ideas, reímos, nos emocionamos, y a veces, ellos son también la ilusión que reemplaza la realidad.

La vida que fluye permanentemente en el simulacro sígnico, no llega a cristalizarse ni a fijarse en la consistencia del ser real.

Estimamos que la semiótica ayuda a deshilvanar la madeja mediática, a comprender su estructura y qué es.

En definitiva, lo que hay detrás del complejo proceso comunicativo. Porqué creamos discursos y qué sentidos ellos diseminan.

Pareciera que el papel de la semiótica es, en el fondo, buscar los fantasmas que alimentan los lenguajes humanos.

Semiótica o semiología es todo estudio de la producción de significado.

Naturalmente, la primera semiótica es la lingüística, que estudia la producción de significados por medio de las lenguas naturales o idiomas.

No obstante, la actividad humana de la significación no se agota ni con la comunicación idiomática verbal ni con sus diversas posibles transcripciones escritas.

Entendemos también la historia que nos cuenta un cuadro de pintura o unos frescos en la pared, leemos tiras de tebeo que no tienen palabras, podemos ser aficionados al cine mudo o sacar consecuencias de una representación de mimo.

Incluso cuando el cine es sonoro y la representación teatral tiene detrás un texto, sus significados, no son solo los transmitidos de modo verbal.

Además, encontramos significados donde a primera vista parecería que no los hubiera, como por ejemplo, en el vestido.

Si observamos el cuello de los varones que pasan por la acera a nuestro lado, vemos que lo llevan de tres diferentes formas:

1) Cerrado y con corbata
2) Abierto y
3) Cerrado y sin corbata

Con ello «dicen» que son ejecutivos, estudiantes o campesinos. Lo mismo pasa con las formas de etiqueta o muchas decisiones urbanísticas.

En suma, el ser humano es el rey de los signos. Ha creado muchos sistemas de signos: desde las señales de humo al lenguaje de las banderas, desde la liturgia a las señales de tráfico.

Ha convertido en códigos, según hemos visto, manifestaciones que inicialmente no surgieron para la comunicación.

Es capaz, en fin, de hacer signo (al menos para sí mismo) de cualquier cosa: unas cuantas cañas entremezcladas con escayola son recogidas de un derribo y puestas sobre una peana porque han significado «escultura» para la sensibilidad artística.

Ferdinand de Saussure (1857-1913)

«No hay nada más idóneo que la lengua para hacer comprender la naturaleza del problema semiológico.»

Charles Sanders Peirce (1839-1914)

«Personas diferentes tienen modos tan maravillosamente de pensar.»

Roland Barthes (1915-1980)

«Siempre asoció la actividad intelectual con un goce… ¿qué otra cosa es para él una idea sino un enrojecimiento del placer?.»

Algirdas Julien Greimas (1917-1992)

«El mundo es un lenguaje y no una colección de objetos.»

Umberto Eco 1932

«Por más tolerante que uno sea con las opiniones de los demás, cada uno debe poder enunciar las propias; al menos sobre las cuestiones fundamentales.»

Fuente: Apuntes de Semiótica de la U de Londres