Piezo, termo y fotoelectricidad

Otro de los métodos para producir energía eléctrica es el empleo directo de la presión, el calor o la luz. Estos tres métodos, reciben, respectivamente, los nombres de piezoelectricidad, termoelectricidad y fotoelectricidad. La primera se basa en someter ciertos tipos de cristales (por ejemplo, cuando) a una presión que los deforma y que hace que sus caras opuestas se carguen eléctricamente (efecto piezoeléctrico).

EI efecto es reversible, por lo que si se aplica un voltaje al cristal, este se deforma. Dicho efecto se emplea en la práctica, por ejemplo, en los micrófonos dinámicos o para controlar y mantener las vibraciones en los cristales.

Cuando un cristal piezoeléctrico vibra, puede emplearse el voltaje que genera para producir una corriente que se utiliza para mantener la vibración es extremadamente constante, por ejemplo en el caso del cuarzo, se emplea para la construcción de relojes y otros dispositivos de gran precisión.

Cuando se entrelazan dos alambres de metales diferentes y las uniones se mantienen a temperaturas distintas, se origina una corriente (efecto Seebeck) que constituye un ejemplo claro de dicho efecto, es decir, la conversión directa de energía calorífica  en energía eléctrica.

Dado que la fuerza electromotriz generada de este modo varía con la temperatura, el efecto puede emplearse como pirómetro de gran precisión.

Si los dos extremos de los cables entrelazados se mantienen a la misma temperatura y se inserta una batería en el circuito, se produce el llamado efecto Peltier, cuya consecuencia es el calentamiento de uno de los lazos  y el enfriamiento del otro, y constituye el efecto inverso del Seebeck.

Existen sustancias que emiten electrones cuando incide sobre ellas la luz visible, los rayos ultravioleta o los rayos X. Este fenómeno recibe el nombre de efecto fotoeléctrico y permite la obtención de la llamada corriente fotoeléctrica, que es un ejemplo de la conversión de radiación electromagnética en energía eléctrica.

Una de las aplicaciones más conocidas de dicho efecto la constituyen las células fotoeléctricas, capaces de detectar la presencia de luz o de medir los niveles de ésta.

Otro tipo elemental de fotocélula es la fotorresistencia, constituida por un material que emite electrones cuando la luz incide sobre él, lo que no produce la disminución de su resistencia eléctrica.