Riesgo e incertidumbre de las decisiones

Se debe de tener presente, que todo directivo de empresas siempre toma decisiones ya sea en condiciones de riesgo o en condiciones de incertidumbre, aunque el caso de certeza no se da en la realidad se toma como referencia, motivo por el cual se definirá en primer lugar las diferentes posibilidades que se pueden identificar a la hora de tomar de decisiones:

Certeza: Sabemos con seguridad cuáles son los efectos de las acciones. Es decir, sabemos por ejemplo que si soltamos la piedra que sostenemos con nuestra mano, esta caerá.

Los estados de certeza no son tan evidentes como pensamos. Las certezas son ficticias en las ciencias sociales, área en la que se inscribe la toma de decisiones de los empresarios, por lo que debemos estar vigilantes respecto de la información disponible.

El ambiente es de certidumbre cuando se conoce con certeza su estado, es decir, cada acción conduce invariablemente a un resultado bien definido. Situación que se puede presentar en las ciencias exactas, como es el caso de las matemáticas

Riesgo: No sabemos qué ocurrirá al tomar determinadas decisiones, pero sí sabemos qué puede ocurrir y cuál es la probabilidad de ello.

Por ejemplo, si lanzamos un dado, no sabemos qué número aparecerá. Pero seguro que no es un 7. Sabemos que ha de ser de un número del 1 al 6, y que cada uno de estos números tiene 1/6 de posibilidades de aparecer.

El ambiente de riesgo cuando se toma cada decisión puede dar lugar a una serie de consecuencias a las que puede asignarse una distribución de probabilidad conocida.

Incertidumbre estructurada: No sabemos qué ocurrirá tomando determinadas decisiones, pero sí sabemos qué puede ocurrir de entre varias posibilidades. En este caso, a diferencia de la situación anterior, no sabemos la posibilidad de cada una de las alternativas de solución.

Es la situación en que nos hallamos antes de un examen ante el cual no estamos muy seguros. Sabemos que podemos aprobar o reprobar, pero no conocemos realmente nuestras posibilidades porque depende de nuestra suerte, de la dificultad de las preguntas, o de otras circunstancias.

Incertidumbre no estructurada: En este caso no sabemos qué puede ocurrir ni tampoco qué probabilidades hay para cada alternativa, es cuando no tenemos ni idea qué puede pasar.

Por ejemplo, una empresa lanza un producto innovador al mercado y no tenemos ni idea de la respuesta que puede tener el mismo: puede ser un éxito, o bien un fracaso.

Fuente: Apunte de Microeconomía de la FCA, UNAM.